Técnicas para mandar mensajes de amor encriptados

Siete técnicas para que nadie pueda leer el contenido de tus mensajes... A veces, ni tú mismo

Benedict Cumberbatch interpretó a Alan Turing en 'The Imitation Game'

Hay un chico o una chica que te mola, te “hace tilín”, os mandáis mensajes, no quieres que tus padres se enteren. ¿A quién no le ha pasado? Las matemáticas tienen, una vez más, la solución a tus problemas.

1. Dejar notas ocultas en un lugar que solo vosotros sepáis. Nivel de seguridad: Lo descubriría un niño que no sepa ni leer. Tampoco te va a valer usar snapchat, a ver quién va a creer que tienes la app en el móvil solo para hacer un experimento sociológico.

2. Utilizar una escítala espartana. Nivel de seguridad: lo descubriría tu abuela, aunque -pensándolo bien- si tienes hijos y sobrinos les va a encantar. El método que usaban los espartanos en el siglo IV a.C. consiste en enrollar un papel fino y largo (por ejemplo papel de caja registradora) alrededor de un tubo de madera o cartón. Sobre él escribes el mensaje, solo se podrá leer si el que lo recibe -o quien lo intercepte- tiene un tubo del mismo diámetro. Este método es un ejemplo de cifrado de trasposición (que no cambia letras por otras sino que las cambian de orden), como en el superseguro mensaje “OCHUMSATSUGEM” al que he quitado los espacios para complicarlo un poco, aunque tratándose de amor tampoco es plan de que el destinatario no lo entienda, ¿no?

Escítala

3. Cifrar usando un libro. Elige un libro -uno bien gordo, aunque le falte la página 421- compra dos ejemplares idénticos, uno para ti y otro para tu amor secreto. Escribe tu mensaje. Busca palabra por palabra en tu libro, anotando tres números para cada palabra: el primero el de la página donde se encuentra, el segundo para la línea y el tercero correspondiente a la posición de la palabra en la línea. Manda los números tal cual a tu churri, no esperes una respuesta inmediata. Si los mensajes que vas a codificar son subidos de tono no recomiendo que utilices para cifrar cuentos infantiles, o no encontrarás palabras para expresar lo que sientes.

4. Cifrado césar. Nivel de seguridad: como cuando las soluciones de los acertijos se escriben boca abajo, así que lo descubrirían los Lunnis. El cifrado césar se cuenta -en la Guerra de las Galias- que era el que usaba Julio César para comunicarse con sus generales. Implica cambiar cada letra por una que esté un número fijo de posiciones a la derecha en el alfabeto. Por ejemplo si fuera 3 posiciones A se cambia por D, B por E y C por F... Así por ejemplo, la sospechosa palabra CULO se cambiaría por la inofensiva FXOR.

Para codificar y descifrar mensajes podéis utilizar este disco de cifrado que hará las delicias de los mayores de 5 años de la casa. Nota: como habréis podido observar, no lleva ñ, lo que lo hace más internacional y nos permite utilizarlo para ROT13 (es decir, cifrar desplazando el disco 13 posiciones), que es el estándar de Usenet para los spoilers. 

Como bonus deberías saber se dice que Bernardo Provenzano -uno de los “últimos” grandes capos- utilizaba cifrado césar para "despistar" a los carabinieri en sus citas mafiosas. Provenzano duerme a la sombra, o sea que ni se te ocurra.

5. Enigma. Nivel de seguridad medio, aunque lo descubriría Alan Turing. La máquina enigma tenía partes electrónicas y partes móviles, y era inviolable -LOL-. Al usarla verás que consta de tres rotores que hacen corresponder la letra pulsada por una letra cambiada, con la peculiaridad de que cuando acaba el proceso alguno de los rotores gira, por lo que cuando escribes “MAMA” la primera M irá a una letra distinta a la segunda (casi siempre). La máquina tiene un mecanismo (reflector) por el que -conociendo la configuración inicial de los rotores- descifra partiendo de la misma configuración que cifra.

El bando sublevado utilizó Enigma en la Guerra Civil Española. Y, aunque era difícil de conseguir, ya ha habido quien ha construido una réplica en Arduino. También la tienes para Android e iOS.

La máquina Enigma

6. Esteganografía. Imagina qué cosa más de película: tus mensajes de amor ocultos y a la vista de todo el mundo. Estamos acostumbrados a oír que "todo son unos y ceros", podríamos utilizar alguno de esos unos y ceros para escribir un mensaje. Herodoto cuenta que a un esclavo le tatuaron un mensaje en el cuero cabelludo y luego le dejaron crecer el pelo, pura esteganografía, eso sí, un poco lenta.

En una imagen cada punto contiene información sobre el color que debe mostrar, y la trae escrita con números binarios. Si alterásemos la última cifra de esa información nadie va a ser capaz de notarlo a simple vista. Ahora deberemos ser capaces de encontrar una excusa de porqué hay 80 emails con imágenes de pájaros en nuestra bandeja de entrada. (Aquí puedes encontrar un programa y tutorial para hacer esteganografía)

Nivel de seguridad: muy alto

Ejemplo de esteganografía

7. RSA. La idea es tremenda: tú me mandas una caja vacía abierta (lo que se llama tu “clave pública”), yo pongo dentro mi mensaje, lo firmo y cierro. En este momento ni yo mismo podría leer de nuevo el mensaje. Tu usas tu clave privada para leer el texto y si me quieres responder metes tu mensaje en mi caja abierta que para algo habremos compartido nuestras claves públicas previamente.

¿Y las matemáticas qué tienen que ver con esto? Pues en que las claves pública y privada dependen justo de la factorización de números “grandes” (de más de 500 cifras) y ese es uno de los problemas abiertos -sin solución a día de hoy en matemáticas-. Factorizar un número de este tamaño necesita más tiempo de computación que el que ha pasado desde el origen del universo: se trata de un número grande. Por tanto: nivel de seguridad alto, salvo que seas la NSA -como nos contó Snowden- y hayas dejado abierta una puerta de atrás. O que tu pareja sea muy celoso o celosa.

Nota para los chicos: ¡Sed cuidadosos! Las mujeres siempre han sido buenas en criptografía.