8 viñetas que demuestran que seguimos odiando los palos de selfi

Una viñeta de Joan Cornellá sobre estas herramientas consigue más de 250.000 me gusta en Facebook en apenas un día

Seguro que este verano hemos visto a turistas sacándose fotos con un palo de selfi (sí, sin e), además de a muchos vendedores callejeros intentando que nos rindamos y nos compremos uno. Su avance parece irresistible, pero esta herramienta sigue siendo controvertida, como demuestra el éxito de esta viñeta de Joan Cornellà: en Facebook ha superado los 250.000 me gusta y se ha compartido casi 80.000 veces en apenas un día, mientras que en Twitter ha sumado más de 8.000 retuits.

Cornellà no es el único humorista gráfico que ha recogido en alguna de sus viñetas el uso y, sobre todo, el abuso del palo de selfi. Reunimos unos cuantos ejemplos más que satirizan sobre esta manía de hacernos fotos a nosotros mismos aunque tengamos que acarrear un bastón incómodo que puede llegar a ser peligroso: está prohibido en muchos museos y festivales. De hecho, el gobierno ruso ha publicado una guía para evitar accidentes por culpa los selfis (con y sin palo), después de que una mujer resultara herida al dispararse accidentalmente el revólver con el que posaba.

Viñeta de Forges publicada en El País el 2 de diciembre de 2014

The Oatmeal resume el estado de la cuestión con una pequeña guía para saber si debemos comprarnos un palo de selfi o no. Las únicas dos excusas para comprarnos esta herramienta son habernos rendido por completo en la vida o ser japoneses. Por si alguien tiene dudas, el satisfecho usuario de palos de selfi lleva unas crocs.

Viñeta de The Oatmeal