Guste o no, el famoso selfie colectivo que Ellen Degeneres publicó en Twitter durante la ceremonia de los Oscar en 2014 se ha convertido ya un hito en la historia de la fotografía. Samsung, que patrocinó la foto y logró un fuerte impacto publicitario con ella, decidió que la cámara para selfis del siguiente Galaxy Note tuviese un objetivo de 21 mm, capaz de abarcar 90 grados de visión. Suficiente para que hubiesen cabido todos los actores, incluso sin tener unos brazos tan largos como los de Cooper ni usar un palo para selfis.
Muchas de las cámaras frontales de los móviles que se han lanzado desde que se difundió esa foto cuentan con objetivos similares. Paradójicamente, estas ópticas súper gran angular son ideales para hacer fotografía de paisajes, pero nefastas para retratos. La razón es muy sencilla: distorsionan el rostro. Sobre todo si captamos un primer plano o un plano medio. Que son justamente los que vemos en la inmensa mayoría de los selfis. Por eso a veces no nos reconocemos en estas fotos.
Para explicar mejor esto hemos realizado varios retratos empleando el típico objetivo que usan muchas cámaras réflex y compactas: uno con diferentes distancias focales. La prueba la hemos realizado usando tres valores: 28mm, como la del móvil con el que se hizo la famosa foto de los Oscar; 50mm, con un ángulo de visión de 46 grados; y 65mm, captando un ángulo de 36 grados.
En las imágenes se puede ver cómo la foto que se logra al hacer un retrato en primer plano con un objetivo de 28mm parece más bien una caricatura que otra cosa, mientras que si empleamos un objetivo de 50mm el resultado es más natural. Pero el mejor efecto se consigue con el objetivo de 65mm, pues el resultado es un retrato en el que las facciones se ven bastante proporcionadas. Si a alguien le quedan dudas de cómo funcionan las diferentes distancias focales puede consultar este simulador de objetivos de Nikon.
¿Estamos entonces condenados a parecer caricaturas en los selfis que se hacen con el móvil? En gran medida sí, porque el 99 por ciento de los móviles no utilizan objetivos de tipo zoom, sino objetivos fijos con un ángulo de visión muy amplio. Pero hay un pequeño truco que nos puede salvar: alejarnos de la cámara y luego recortar la imagen.
Para eso conviene que dispongamos de buena luz, recortar la imagen de un móvil si la hemos hecho con poca luz puede dar como resultado un amasijo de píxeles. Seguro que te has topado con esa clase de fotos en Instagram. También es posible usar un pequeño trípode de bolsillo con adaptador para móviles, aunque puede servir también un palo para selfis o incluso pedir que alguien nos haga la foto. Un método que tiene la gran ventaja de que puede ayudarte a conocer gente.
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