Coria del Río, año 1614. Algunos japoneses de la expedición Keicho, que pretendía ascender el curso del Guadalquivir en su viaje hacia Madrid y el Vaticano, se percatan de una cosa: el pescado crudo nipón está bueno, pero el pescaíto frito andaluz, mejor. Y se quedan. Sus descendientes son los más de 600 habitantes de la localidad que, 400 años después, conservan el apellido "Japón". Pero, ¿cómo se convierten los apellidos originales de estos japoneses en "Japón"? ¿Se parecen los corianos a los japoneses? ¿Y cómo ha influido en el pueblo su vínculo con el país del sol naciente? La respuesta, dando "play" arriba.
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