Ahora que se ha hecho público que Johan Cruyff se enfrenta a un cáncer de pulmón, muchos han recordado su pasado como fumador. [ Actualización: Johan Cruyff fallecía el 24 de marzo de 2016 a causa de esa enfermedad] Más que con un cigarrillo en la boca a Cruyff lo recordamos con un chupachups: el aliado que se buscó para sustituir al tabaco. Si una imagen se hizo recurrente durante las últimas temporadas en que se sentó en el banquillo del F.C Barcelona era la de Cruyff chupando el famoso caramelo con palo. El holandés - que dejó el tabaco en 1991 después de someterse a una operación del corazón- no es una excepción entre quienes abandonan su adicción a la nicotina. Buscar sustitutos al cigarro es una práctica habitual.
José María Carreras, que dirige la Unidad del Tabaquismo del Hospital Carlos III de Madrid desde 1992, explica que “depende mucho del perfil del fumador porque no todo el mundo necesita llevarse algo a la boca, pero sí que es cierto que el componente de oralidad está presente en muchos exfumadores.”
Aquellos que calman la ansiedad chupando dulces deben saber que desde un punto de vista médico no existe inconveniente tal y como explica a Verne a través de teléfono el doctor Carreras: “Simplemente incidimos en que sean productos que no tengan mucho azúcar o si optan, por ejemplo, por las pipas que sean de calabaza que tienen menos calorías”. La American Cancer Society explica en este artículo en el que recoge pautas para mantenerse alejado del tabaco que “si extraña el tener algo en su boca, intente con palillos de dientes, palitos de canela, chicle sin azúcar, helados de hielo o apio”. Lo mismo para quienes necesiten tener las manos ocupadas: “agarre otra cosa, por ejemplo: un lápiz, un clip, una moneda o una canica.”
Los chicles de nicotina son otra solución farmacológica para los exfumadores. Junto con los parches y otros medicamentos sustitutivos de esta sustancia forman parte de las técnicas que, según el responsable de la Unidad del Tabaquismo, se han mostrado eficaces "de acuerdo a conclusiones científicas" para dejar de fumar. En el programa que siguen en el hospital Carlos III - y que abarca tanto consultas personalizadas y grupales como una plataforma para recibir tratamiento online - se realiza primero una exhaustiva evaluación del fumador que permite establecer un tratamiento acorde a cada situación.
Para Carreras lo que resulta fundamental a la hora de enfrentarse a una persona que desea dejar de fumar es "respetar las ideas que trae cada uno a la consulta. El protagonista debe ser el paciente y los profesionales no podemos chocar contra él, debemos ser muy respetuosos. Si por ejemplo una persona tiene en mente disminuir el número de cigarrillos diarios no podemos pretender imponer un abandono drástico del hábito".
No existe un periodo crítico que una vez superado pueda asegurarnos que estamos más cerca de vencer la tentación de dar unas caladas. Una vez más, como explica el doctor, depende de cada paciente pero el mito de que superado el primer mes, superado lo más complicado no es cierto: “Nosotros hacemos un seguimiento mínimo de seis meses, pero el proceso puede extenderse hasta los dos años. Hay quienes tienen mucha dificultad para superar la abstinencia y recaen aunque hayan estado varios meses sin fumar. Y hay que tener en cuenta que en los pacientes que nosotros tratamos - de un perfil muy complejo y que recurren a nosotros después de haberlo intentado por otros medios - las recaídas son muy frecuentes”.
A la Unidad de Tabaquismo del Hospital Carlos III - en marcha desde 1986- llegan cada año entre 500 y 600 nuevos casos. Sí que puede apreciarse un aumento de solicitudes cuando se hacen públicos casos como el de Johan Cruyff pero como señala Carreras “no es especialmente significativo pues, lamentablemente, este tipo de enfermedades son tan frecuentes que han llegado a nuestro ambiente más cercano. Nosotros recibimos más pacientes después del verano o después de la Navidad cuando la gente suele plantearse un cambio de hábitos”.
En opinión del doctor Carreras lo que sí tiene un impacto positivo en las rutinas de los exfumadores son las medidas de salud pública que se han tomado en cuestión de tabaquismo. “Ayudan mucho”, señala, “las leyes que restringen el uso del tabaco hacen que haya menos recaídas y que se incentive menos esta costumbre”.
Además de potenciar una normativa antitabaco las administraciones públicas también han impulsado en los últimos años varias campañas para animar a la población a dejar de fumar. Esta de la Comisión Europea pretende, además, que quienes lo han conseguido y se muestren orgullosos de ello lo compartan públicamente encendiendo una bengala virtual que sea visible en todo el mundo.
Dejar de fumar lleva implícito una mejora en la salud, pero también existe un componente monetario: puede suponer un importante ahorro económico y existen herramientas, como esta calculadora, que te ayudan a echar las cuentas y ver lo que te gastas en tabaco.