Yellow Mellow, la youtuber que destronó a Lady Gaga

Con un millón y medio de suscriptores en sus dos canales, planea sacar su primer disco el año que viene

Más de 940.000 personas siguen a Yellow Mellow en su canal de YouTube, además de las 600.000 suscritas a Melo More, un segundo canal dedicado sobre todo a sus viajes.

Dada su afición a la música, a los seguidores de Melo Moreno García, nacida en Perpiñán hace 26 años, no les pilló por sorpresa que recientemente sacara un single en inglés, Phantom Limb. Pero lo que no se esperaba ni ella misma fue superar en ventas en iTunes a Lady Gaga en su primer fin de semana, con una canción que se ha escuchado más de 1,5 millones de veces en Spotify y cuyo videoclip, rodado con amigos youtubers, supera las 800.000 reproducciones.

Charlamos con ella en una cafetería del centro de Madrid, donde va a menudo a editar y a subir sus vídeos, y donde coincide con otros youtubers. "Aquí ya nos conocen y nos llevamos muy bien. Hace poco han subido la fibra a 300 megas", comenta.

-¿Cómo decidiste dar el salto a la música?

-La música era el camino que más me atraía desde siempre. Lo he mostrado en mi canal, pero en forma de versiones porque yo no tenía los medios para producir, ni sabía programar, ni tenía micros buenos… Simplemente me ponía con la guitarra y ya. Pero hacía mis cosas. Desde mi agencia, que es Divimove, se me ofreció la posibilidad de lanzar un proyecto musical. Nos juntamos con un productor, Patrick de Meyer, que es una pasada, y dos compositores, uno escocés y otra alemana, con los que empezamos a escribir. Yo nunca había escrito en inglés, por lo que necesitaba ayuda.

-Pero sí habías compuesto canciones antes.

-Sí, tengo algunas canciones propias, pero todas en español. Vamos a ver si podemos meterlas en este disco o en otro futuro. La idea es sacar el disco el año que viene. De hecho, en breve tengo que volver a Berlín a seguir componiendo una semana a tope.

-Presentaste la canción y el videoclip en la fiesta de los diez años de YouTube. ¿Qué te comentaron entonces?

-Yo soy muy autocrítica y siempre pienso que se puede hacer mejor, pero a la gente le encantó. Chenoa vino y me dijo: “Me ha encantado, tenemos que hacer algo juntas”. Si artistas de su talla dicen eso, pues me alegra. De hecho, la única edición de Operación Triunfo que vi fue la primera y Chenoa es como una leyenda.

-De haberte pillado ahora, ¿te presentarías a OT?

-No creo. No veo la tele. De hecho, me han ofrecido cosas en televisión. La tele ve que YouTube tiene tirón y va a sacar partido. Pero no es lo mío, no veo yo que sea un camino para mí. Es que, en general, la gente joven ya no consume la tele. Ve series o ve Netflix.

-Hay un vídeo de un espectáculo con youtubers en Chile en el que cantas la canción en directo. ¿Era la primera vez que lo hacías?

-Ni siquiera había salido el single en iTunes. Solo había salido en la preventa y se podía escuchar un poco del estribillo. Lo que me sorprendió fue que la gente del concierto se lo sabía. Fue increíble, un subidón de adrenalina. Nunca te esperas estar tocando en directo delante de 30.000 personas y que la gente se vaya a saber tu canción. Es algo que no asimilo.

-El día que salió a la venta, superaste a Lady Gaga en ventas en iTunes. ¿Qué te pareció vender más que ella ese día?

-Ahora no le sigo mucho la pista, pero ha sido muy importante en mi canal, he hecho varias versiones de canciones suyas. Me gustaba mucho y la admiro. Y, claro, que llegue un día en el que la supero como número uno... Nunca te esperas algo así. Tienes una ligera idea de que te va a ir bien por el público, pero no tanto.

-¿Temes que la gente de YouTube te deje de lado porque te dedicas a la música y que a la gente de la música no le guste que aparezca una youtuber?

-Siempre hay prejuicios. Antes se nos trataba como frikis y se nos despreciaba de alguna manera en televisión. Y ahora se le está dando otro enfoque. Pero mi carrera musical es una cosa y mi carrera en YouTube es otra. Es algo que quiero desvincular. En YouTube hago humor, o al menos eso intento: viajes, experiencias, comparto mi opinión... Y la música es otra cosa. Son dos vertientes totalmente distintas.

-Pero una cosa influye en la otra. Hoy en día no se puede tener éxito en la música si tu videoclip no tiene millones de reproducciones en YouTube.

-Ha cambiado la manera de consumir. Ahora todo se consume por internet, incluso la tele. Ya casi no se venden discos físicos, se vende más por iTunes. Y es obvio que tienes que estar ahí. Alimentarme de mi público de YouTube es algo natural. Pero a partir de ahí también busco atraer a la gente que no me conozca de mi canal y que escuche la canción.

-Ahora que hablabas de que se os trataba como frikis, a los youtubers sois los únicos a los que se pregunta si lo que hacéis es un trabajo de verdad y cuánto ganáis por hacerlo. ¿Qué te parece esa clase de preguntas?

-Obviamente, no me gusta que me pregunten eso. Es como si yo te pregunto a ti cuánto cobras; es feo. Pero en parte lo entiendo porque es nuevo y es normal que la gente se pregunte qué es esto y si se gana dinero. Yo también me lo preguntaba antes de empezar y cuando comencé a ganar dinero me sorprendí.

-No sé si todo esto os ha venido un poco de sorpresa.

-Cuando empecé no conocía a nadie en España que se dedicara a esto. Tenía alguna idea de que algún youtuber americano había dicho que se había comprado una cámara con lo que había sacado de YouTube, pero yo pensé que eso sería solo en América. Empecé a hacer vídeos y un día vi que había generado cuatro céntimos. Me di cuenta de que, si me dedicaba a esto, podía generar más dinero. Pero nunca en mi vida me había planteado que quería ser youtuber.

-Pero sí que te habías planteado dedicarte a la música.

-Desde los 15 años, cuando empecé a tocar la guitarra, la música siempre ha sido algo que me ha interesado. Siempre me he rodeado de gente también musical: un compañero de piso pianista, otro guitarrista, otra cantante… Ha sido algo muy presente y que me ha hecho muy feliz. Decir que te quieres dedicar a la música es mucho más complicado si no tienes YouTube. Las cosas han cambiado. Ir llamando a las puertas de las discográficas es difícil. Ahora mismo, y es algo que nos preguntan mucho también, YouTube te ofrece una ventana que puedes abrir y decir “hola, aquí estoy”. Es una ventana brutal. Justin Bieber sale de YouTube, por ejemplo.

-De hecho, muchos están haciendo el camino a la inversa y metiéndose a youtubers, como la propia Chenoa o Miguel Ángel Revilla.

-Está pasando, sí. Como ahora mismo se está viendo que en YouTube sí que hay un trabajo, un negocio, las marcas se están fijando y hay muchas oportunidades. Hoy en día, un niño sí que se puede plantear ser youtuber.

-Todo esto ha sido en muy poco tiempo.

-Sí, yo empecé hace cinco años y hace tres fue el boom. Antes, tener 10.000 suscriptores era petarlo. Tener cien mil era petarlo. Ahora hay gente que tiene millones.

-Aparte de tu canal habitual, tienes otro, Melo More. ¿Es un canal más personal?

-Exactamente. Melo More siempre ha sido un complemento de Yellow Mellow. Si alguien quería saber algo más de Yellow Mellow, se iba a Melo More. Pero en el último año los dos ya son igual de importantes. De hecho, hay gente que me ha parado por la calle y me ha dicho: “Tú eres Melo More”.

Yellow Mellow es un canal de humor en el que publico un vídeo a la semana, más o menos, e intento dar mi visión de humor sobre las cosas. Mientras que Melo More es para intentar compartir experiencias y motivar a la gente, porque hay mucha gente que dice que quiere viajar a cierto lugar, por ejemplo, pero no se atreve porque no sabe cómo es, y desconoce que hay oportunidades para hacerlo. Como en el caso de Australia, donde fui con una agencia para estudiantes españoles que quieren aprender inglés. En este canal quiero ofrecer mi propia visión del mundo. Y los viajes son lo principal. Sí que hay canales de viajes en España, pero el formato que hago de diario y con una visión cómica no está muy explotado.

-No son los clásicos vídeos de un youtuber en la habitación.

-Eso, un youtuber también se mueve, también viaja.

-Pero también hay cosas más cotidianas, como adornar la casa para Navidad.

-Sí, mucha gente me pregunta qué creo que atrae a los demás de mi canal. La verdad es que nunca sé qué contestar, pero muchos me dicen que la cercanía, la naturalidad de las cosas. Sí que es verdad que veo youtubers y pienso: “Estás un poquito forzado ahí…”. En realidad, y ya hablo como espectadora, lo que busco es que la gente sea natural.

-¿En este sentido ayuda la edición, que es sencilla?

-Bueno, si te vas a alguno de viajes, tela… Estuve la semana pasada editando los de Marruecos y para cada uno, unas tres o cuatro horas de edición, mínimo. Pero, claro, cuando estoy en casa es otra cosa. A la gente también le gusta ver esa parte más casera, más natural de ti. También está el punto cutre, que a mí me gusta… Me gusta que los vídeos de viajes estén superpreparados y sean espectaculares, y cuando estoy en casa que sean casi caseros.

-También estáis presentes en todas las redes. ¿Cómo se gestiona eso?

-Da la impresión de que tenemos que estar en todas partes. Por ejemplo, ahora Snapchat está muy a tope y si no estás en Snapchat, parece que estés perdiendo una oportunidad porque las marcas se empiezan a fijar en esta red. Pero pasa lo mismo con Twitter, Facebook, Instagram, Vine… Todo es un complemento. Si tienes un canal de YouTube, tienes que estar en las redes. En estas y en la próxima que salga…

-Imagino que necesitas tus momentos de desconexión.

-Tengo muchos días en los que no tengo nada claro. YouTube no es solo hacer vídeos, también llegan propuestas de todos lados: los viajes, organizar fechas, el disco, la editorial, que quiere que haga un segundo libro… Que no voy a hacer de momento, porque si no, voy a explotar. Hay días en los que desconecto el móvil y no puedo estar a nada. O te obligas a eso o no tienes vacaciones. Somos nuestro peor enemigo: a mí me encanta tanto mi trabajo que no dejo de hacerlo. Pero no deja de ser un trabajo, aunque me guste mucho.

-¿Alguna vez has pasado, no sé, un mes sin subir vídeos?

-Para mí sería una locura. No puedo hacer eso. En septiembre del año pasado me fui a Menorca diez días y ahí sí que desconecté.

-¿Grabaste cosas para luego subirlas?

-No, ahí sí que no. Vacaciones.

-Mencionabas tu libro, ¿ha sido enfrentarte a los temas que tratas en tu canal, pero con otro formato?

-Fue una experiencia curiosa. Tardé unos ocho meses en escribirlo. Tengo un amigo escritor, Javier Ruescas, que escribe libros como churros, es como un Stephen King de literatura juvenil. Teniéndole a él, que veo que no para de escribir, pensé que sería un currazo. Y efectivamente, era un currazo. Me gustaría sacar un segundo libro, pero de momento…

-¿Ficción?

-Me gustaría escribir una novela viajera. Pero, claro, me tengo que nutrir mucho y de ahí sacar algo.

-¿El próximo viaje está decidido?

-Está en mente Dubái, para el mes que viene. Pero el más próximo es en Disneyland.

-¿A Disney también es por trabajo?

-Como tenemos buena relación con los del parque, pues nos llevan, como niños, a mí y a un vecino que también es youtuber.

-Da la impresión de que vivís todos en el mismo edificio.

-Vivimos muchos en el centro. Yo vivo en el mismo bloque que Rush Smith. Él en el primero y yo en el cuarto.