Hay conversaciones que no fallan en Navidad y la sensación de empacho tras las abundantes comidas y cenas es una de ellas. Después de los excesos no se habla de otro asunto, entre otras cosas, porque tu nevera está repleta de sobras. Sí, ese compendio de restos de Nochebuena y Navidad que tardan tanto en desaparecer de las cocinas de media España.
La magnitud del asunto es tal que ya hay quienes quieren institucionalizar el día:
Y piden que tengan su propio emoticono
Unos las aman y otros las odian
Hay quienes ven en ellas un símil político
Eso sí, es tan difícil acabar con ellas que llegan hasta el desayuno
Y la sensación de empacho es generalizada