Desde el 5 de marzo, el Sistema Meteorológico Nacional advertía la llegada de una tormenta invernal a las regiones norte y centro del país. En la mañana del miércoles 9 de marzo comenzaron las lluvias y ventarrones en la Ciudad de México y zonas aledañas. El cambio de clima fue tan brusco que los capitalinos tuitearon sobre su experiencia de comenzar el día con temperaturas poco amigables.
Pero el tono de los tuits cambió cuando, alrededor de las siete de la mañana, los capitalinos notaron un doble arcoiris que se formó en la Ciudad de México debido a la lluvia. El hashtag #arcoiris se convirtió en trending topic en la ciudad hasta alrededor de las 9 am y muchos usuarios compartieron fotos del fenómeno.
Los arcoiris se forman por la coincidencia del sol y gotas de lluvia. “Cuando la persona mira el arcoiris tiene al sol detrás”, explica a Verne Graciela Raga, investigadora del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM. “Los rayos de sol encuentran una gota de agua que viene cayendo y se produce una refracción, es decir, la luz entra en la gota y cambia de dirección. Después se produce una reflexión interna del rayo dentro de la gota y entonces vemos todas las componentes de la luz blanca que son los siete colores.”
Cuando hay dos refracciones y dos reflexiones en una gota, se produce un doble arcoiris. “Depende del ángulo del sol y del tamaño de las gotas”, dice Raga. “Los colores del primero va del rojo al azul o violeta y los del segundo se invierten, del violeta al rojo”.
A pesar de que en la Ciudad de México las lluvias son comunes, los arcoiris no lo son porque “el cielo casi siempre está completamente cubierto. Puede que haya una parte despejada pero el sol debe está justo ahí para que se forme. Deben combinarse muchos factores”, explica la investigadora.
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