Tras dejar de operar en 2014 por orden judicial, este 30 de marzo Uber ha vuelto a las calles de Madrid. ¿Cómo funciona el servicio? ¿Cuáles son sus puntos fuertes y débiles respecto al taxi tradicional? Lo comprobamos en persona: dos redactores de Verne han realizado de forma simultánea un viaje desde el número 52 de la céntrica calle Moratín hasta la redacción de El País, en Miguel Yuste 40. El pistoletazo de salida ha tenido lugar a las 13:13, cuando los dos redactores han solicitado el servicio (el de taxi, pidiéndolo vía telefónica y Uber, a través de la app).
[Nos hemos encontrado con un problema que ha determinado toda la prueba y que puede achacarse al primer día de servicio: el conductor de Uber marcó mal el inicio de la carrera, que comenzó a contar en el momento que aceptó el encargo. Eso ha hecho que la tarifa sea 10 euros más alta. Además, en el momento del pago la app mostraba 0 euros. Pensamos que era porque teníamos un código promocional de 10 euros, por lo que nos pareció bien. Al ver el itinerario que envían al correo electrónico vimos la realidad: 23 euros de viaje menos 10 de promoción = 13 euros de pago. El conductor dice que Uber lo arreglará, así que nos hemos quejado, pero seguimos esperando. ACTUALIZACIÓN: Una semana más tarde, y después de reclamar dos veces por la web de Uber, recalcularon el trayecto y me devolvieron la diferencia. El precio final fue de 14 euros.]
Tiempo de espera
Taxi: Dos minutos después de la llamada, aparece mi coche, y no lo hace solo: llegan dos taxis casi simultáneamente preguntando por mí. "Si dos compañeros que nos encontramos cerca vemos un aviso, en ocasiones nos pisamos", reconoce el taxista. "Por lo general, los avisos nos llegan a unos 2 km de media del cliente, así que las recogidas suelen ser bastante rápidas". Sin embargo, a diferencia de Uber, no sé en ningún momento de dónde viene mi taxi ni cuánto va a tardar hasta que llega.
Uber: Mi Uber no llegó hasta el tercer intento de pedirlo. En las dos ocasiones fallidas, después de varios minutos "solicitando" una unidad, la aplicación me mostró este mensaje: "Todos los coches están ocupados en este momento. Vuelve a intentarlo más tarde". Cuando por fin me asignaron un coche, tardó unos 8 minutos (puedes seguir el itinerario en la app, algo que no puedes hacer con el taxi si lo llamas). Puede que cuando haya más conductores no haya tantos problemas para encontrar coche pero hoy, si hubiera tenido prisa, habría levantado la mano y parado un taxi de la calle en vez de esperar casi 25 minutos.
Recorrido
Taxi: Pregunta de rigor: “¿Por dónde?”. Respuesta de rigor: “No tengo la menor idea”. Se decanta por una ruta que ni siquiera aparece entre las recomendadas por Google Maps, por todo el centro: Alcalá, O´Donnell, Sainz de Baranda, Marqués de Corbera, Ascao, Julián Camarillo y Miguel Yuste. No había demasiado tráfico y el recorrido, en efecto, es algo más corto que los que recomienda Google: 9,1 km vs los 10,8 de la ruta más corta del buscador.
Uber: Los nervios por la espera hacen que me mueva 50 metros hasta el Paseo del Prado, con la (absurda) esperanza de que sea más fácil encontrar coche. El GPS marca la ruta que seguiremos y que no es exactamente la misma que la de mi compañero: Atocha- Av. Mediterráneo - M-30-A2. En total 10,7 kilómetros.
Tiempo de carrera
Taxi: A pesar de decantarse por una ruta por el centro de Madrid, el tráfico juega a favor del taxista: salvo un par de semáforos eternos el tráfico es fluido y la carrera no se hace demasiado larga, 24 minutos. Contando los dos minutos de espera hasta la llegada del taxi, he salvado el recorrido en 26 minutos.
Uber: La opción de la M-30 y la A-2 hace que vayamos casi todo el recorrido por carretera y sin semáforos. Mi reloj marca 22 minutos de viaje puro y duro. Aunque el trayecto sea más largo que el del taxi, es un poquitín más rápido. Eso sí, la espera...
Trato
Taxi: Muy correcto, sin florituras. Taxista poco hablador, taxi limpio y cómodo, aunque no me quedo con el modelo (en Uber hubiera sabido el modelo antes incluso de montarme, todo sea dicho). Nada destacable, ni para bien ni para mal.
Uber: Sin duda, creo que este es su punto fuerte. Una cosa que me gusta de este servicio y de las apps de taxis es que puedo saber el nombre de mi conductor y su foto antes de que llegue. Me da seguridad. Este chófer es un antiguo conductor de camiones extremadamente amable. Hasta el punto de que me tutea una vez y se disculpa. Responde a mis preguntas pero no me da la chapa y, cuando le llamo para contarle el problema con el cobro se muestra disgustado y llama a su jefe. Sin embargo, la respuesta es que solo se puede arreglar a través de la web.
Respecto al coche, es un Toyota Avensis totalmente nuevo y limpio, bastante mejor que la mayoría de los taxis que he tomado en Madrid. No tiene ningún distintivo de que sea de Uber. "Mejor", me dice el conductor, que dice que así no llama la atención de los taxistas. Suena Kiss Fm (agradezco que no sea nada político). Y te regalan una botella de agua.
Precio
Taxi: En total, la carrera ha costado 15,30 euros (2,40 de la bajada de bandera + 12,9 de carrera), que he pagado en efectivo, aunque también podría haber pagado con tarjeta. Algunos taxis ya cuentan con servicio de pago móvil pero éste, por el momento, no lo ofrecía.
Uber: Tengo el corazón dividido: por un lado estoy enfadada por el error del taxista y de la aplicación que han hecho que este trayecto me haya costado 10 euros más de lo que debería (23 euros)
Pero si no tenemos en cuenta los errores del primer día (quiero tener fe, quiero tener fe), mi trayecto habría sido aproximadamente de 13 euros, un poco menos que el taxi. Como tenía un código promocional, la carrera habría costado solamente 3. Este tipo de descuentos son muy habituales también en las apps como MyTaxi y Pidetaxi y muchas veces es lo que marca la diferencia entre que pare un taxi de la calle o pida uno por la app. Eso sí: para las distancias cortas hay que tener en cuenta que el trayecto mínimo es de 5 euros, así que tiene que compensarte. [Actualización: Tras la revisión del trayecto, el precio de la carrera en Uber ha sido de 14 euros, por lo que es ligeramente inferior al taxi, pero no mucho].
Lo que opina mi taxista de Uber
Por el momento, mi taxista afirma que en esta primera mañana "no han notado demasiado" la competencia de Uber, "aunque no la notaremos: la otra ocasión en la que funcionó el servicio en Madrid acabamos notándolo". Sin embargo, no se muestra alterado ni demasiado preocupado: "En ocasiones es casi complementario, de momento tenemos mucha más flota que ellos por lo que si el cliente busca algo rápido, seguro y fiable, se decantará por un taxi. Si no lleva ninguna prisa y quiere ahorrarse un par de euros... Que pruebe con Uber".
Sin embargo, el taxista defiende su servicio: "Nosotros tenemos soltura callejeando y conocemos el tráfico", explica, "aunque reconozco que eso es experiencia y que habrá conductores de Uber también muy sueltos, y si no, con el tiempo lo estarán". ¿Lo peor de la competencia? La disponibilidad. "Uber estará muy bien, pero prueba a que te recojan un jueves a las 5 de la madrugada al salir de una discoteca".
Lo que opina mi chófer de Uber de los taxis
Mi conductor no hace muchas referencias a los taxistas y se limita a decir algo parecido a "los tiempos cambian y hay que adaptarse". Cuando le pregunto sobre las bondades de Uber me cuenta que en Madrid todos sus conductores son profesionales porque tienen que tener un carnet de conducir de transporte de presonas y que los coches son nuevos. Y que trabajan para una empresa que le da servicio a Uber, por lo que están controlados por sus jefes y tienen que rendir cuentas sobre el servicio si este sale mal.