Meredith es una joven que hace deporte, come sano, trabaja duramente y, por las noches, sale a tomar algo. ¿El problema? Todo esto solo ocurre en sus redes sociales: después de fotografiar sus zapatillas de deporte, su comida sana y su portátil, solo se queda observando como llegan los likes. Es la historia del cortometraje A social life.
Aunque la historia de Meredith es exagerada, hasta el punto de comenzar a preparar una cena sana para después abandonarla y alimentarse de comida china a domicilio, es una reflexión acerca de cómo proyectamos en redes una imagen que puede no corresponderse con la real.
"Quería provocar debate para concienciar a la gente", explica la autora, la norteamericana Kerith Lemon, en una entrevista a Los Angeles Magazine. "La situación se vuelve complicada cuando el tiempo y esfuerzo que dedicamos a nuestra imagen es redes se apodera del tiempo que dedicamos a nuestra vida real".
A social life (juego de palabras entre a social life –"una vida social"– y asocial life –"vida asocial") ha conseguido el premio a Mejor Actriz en el Festival Internacional de Cortometrajes de Canberra y Mejor Debut en el Lady Filmmakers Festival. Desde su publicación en YouTube el pasado 12 de abril, ha aparecido en medios como Indiewire, Gizmodo o The Examiner.
Antes de A social life, otros cortometrajes han tratado el tema de cómo se distorsiona la imagen personal en las redes sociales. What's on your mind? de Shaun Higton, en el que un joven simula una vida mejor en redes, aunque su situación personal cada vez es peor, supera los 14 millones de reproducciones de YouTube.
Look up (Mira hacia arriba) es otro corto que cuestiona cuánto de social tienen realmente las redes sociales. La publicación original supera los 57 millones de reproducciones en YouTube, y una versión subtitulada al castellano, los 10 millones.
En la misma línea se encuentra I Forgot My Phone (He olvidado mi teléfono), en el que la protagonista es la única de su grupo de amigos que no lleva el teléfono a todas partes, incluso a la cama. Fue publicado en YouTube en 2013 y, desde entonces, ha sido visto más de 49 millones de veces.
FE DE ERRORES
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