El triatleta gallego Iván Raña puso el pasado fin de semana un pie en la puerta del campeonato del mundo de triatlón de larga distancia con su quinto puesto en el Ironman Lanzarote, prueba consistente en 3,86 km de natación, 180 km de ciclismo y 42,2 km a pie. Dos semanas antes, el que fuera campeón del mundo de triatlón en 2002 publicaba Libre, un vídeo en el que mostraba cómo era su preparación en la isla de cara a esta prueba y al mundial.
"La idea era documentar cómo es el día a día de un triatleta", afirma el gallego vía telefónica a Verne, "y lo contaremos en una serie de vídeos llamada On my own way (En mi propio camino). Libre es el primero de ellos". Lejos de parecerse al clásico vídeo plagado de frases motivacionales para atletas populares, Raña refleja el lado amargo del entreno. "No es un vídeo de postureo, lo que quería mostrar es que no somos de piedra, ni robots".
Aunque el triatleta gallego habla en el vídeo de cómo es su entrenamiento, el propio de un atleta de élite, el vídeo desprende algunas lecciones sobre el deporte que también los corredores y triatletas populares podemos aplicar. Subrayamos estas:
1. No todo en el deporte es agradable
Libre arranca hablando de las molestias en las carreras que todo aquel que ha competido ha sufrido alguna vez: "Son todo sensaciones negativas que te mandan parar", cuenta el vídeo. "Las uñas de los pies rotas, rozaduras, agotamiento, deshidratación...". Hay que asumirlo: los momentos malos existen. "Claro que pasas días complicados", cuenta el triatleta a Verne. "Pero hay que entender que son también parte del deporte, hay que aceptarlos".
2. Aprende a disfrutar también de los malos momentos
El flato, el escozor del sudor en los ojos, el dolor de piernas después un entreno... Todo deportista tiene un pequeño masoca en su interior. En el vídeo, el atleta gallego cuenta que en el deporte a veces aparece "una especie de incomodidad a la que tienes que cogerle gusto, sobre todo cuando la carrera no sale como esperas". Reconócelo: tú también has sonreído cuando las agujetas no te dejaban bajar escaleras después de un maratón.
3. La ilusión, la clave
Aunque se intente disfrutar incluso los momentos malos, a veces se hacen bola. "Hay días que piensas: Si a mí me encanta el triatlón, ¿por qué no estoy disfrutando?" reconoce el gallego a Verne. La respuesta está en el vídeo: la ilusión. "Si mantienes la ilusión por cumplir tu objetivo, al final acabas olvidando todo eso".
4. El resultado no lo es todo
En el vídeo, Raña afirma que el dolor más grande que puede tener un deportista no es físico. "Es el dolor mental de cuando algo no sale bien, cuando ves que llevas un año entero, o toda la vida, preparando una carrera y no acaba de salir. Eso sí que es dolor de verdad". Cuando se entrena varios días a la semana pero se compite tan solo pocas veces al año, buscar la satisfacción en los resultados no es buena idea. "El esfuerzo es el exactamente el mismo tanto si ganas como si no", explica el triatleta a Verne. "Hay que replantearse el modo de pensar, no se puede ser feliz solo por cómo te va en las carreras. La motivación hay que buscarla en otro sitio".
5. Lo bonito es el camino
Vale, si en la competición se sufre y los resultados no pueden obsesionarnos, ¿dónde buscamos incentivos? En Libre, Raña cuenta que su objetivo ahora "es disfrutar del día a día, disfrutar de cada entrenamiento". Tal vez el madrugón el domingo para hacer una salida larga no parezca muy motivador pero, según explica el triatleta a Verne, "cuando te sientes realmente afortunado es cuando aprendes a saborear el camino, cuando piensas: Qué sensación tan maravillosa es ver amanecer corriendo".
6. La motivación de los que están contigo
Cuando Raña habla de lo importante que es disfrutar del día a día en el vídeo, afirma que es importante hacerlo "donde quieres y rodeado de la gente que tú eliges". Al teléfono, el triatleta reconoce que, para él, esa es una de sus mayores motivaciones: "Cuando las carreras salen bien todos te felicitan, los medios te llaman... Pero a mí lo que realmente me motiva son las personas que te apoyan en el día a día, los que están siempre, cuando las cosas van bien y cuando van mal, y los que se preocupan por ti".