Lo hemos comentado antes: todos los mapas están mal. Es imposible proyectar una esfera en una superficie de dos dimensiones sin que haya algún tipo de distorsión en las distancias o en las superficies de los países representados.
La proyección de Mercator, en la que se basan muchos de los mapas actuales, distorsiona los tamaños de las regiones a medida que se alejan del Ecuador. Se puede ver en este mapa que usa la indicatriz de Tissot para ver cómo las mismas áreas se vuelven más grandes sobre el plano. Y más abajo tenemos lo mismo, pero usando España como ejemplo, gracias a la web The True Size Of, que permite mover países a lo largo del mapa para comparar sus tamaños reales, compensando la distorsión.
Esta web se usó recientemente para elaborar un mapa que mostraba que México en realidad es muy grande. Isauro López logró encajar varios países europeos encima, como si fuera un puzzle. El tamaño del país sorprendió a muchos, que lo compartieron en redes sociales, en gran parte porque queda eclipsado por los gigantes (distorsionados) que tiene al norte. De hecho, México, con sus casi dos millones de kilómetros cuadrados, ocupa una superficie equivalente a cuatro veces España y es el 14º país más grande del mundo (España queda en el puesto 52).
La comparación con Estados Unidos y España también nos puede ayudar a situarnos.
Un caso similar al de México es Argentina. Es incluso más grande: 2,78 millones de kilómetros cuadrados frente a 1,94 millones. Es el noveno país más grande del mundo y caben sin problema España, Francia, Alemania, la República Checa, Reino Unido, Portugal, Hungría, Bulgaría, Irlanda y Austria. Y aún sobran casi 470.000 kilómetros cuadrados, casi otra España más, como se ve en los huecos que quedan tras jugar con The True Size Of. De hecho, Argentina es como 5,5 veces España. Y todo con unos 40 millones de habitantes, seis menos que nosotros.
No solo eso, también hay algunos países de Latinoamérica que nos pueden parecer más pequeños de lo que en realidad son, tanto por la distorsión del mapa de Mercator como por comparación con sus vecinos, además de (en ocasiones) por ignorancia. Por ejemplo, Perú: es 2,5 veces España. Y Colombia, 2,3.
Aunque el verdadero gigante en Sudamérica es Brasil. Mide 8,5 millones de kilómetros cuadrados. Aunque a simple vista quizás no lo parezca, eso significa que cabrían unas 17 Españas, como se puede ver, a grandes rasgos, usando The True Size Of. De hecho, solo en el estado de Amazonas podríamos poner tres Españas.
También podemos hacerlo al revés y colocar Brasil encima de Europa. De España a los Urales, Europa tiene una superficie de poco más de 10 millones de kilómetros cuadrados.
Pero el ejemplo clásico en cuanto a la distorsión es Groenlandia. En realidad, Groenlandia solo es un poco más grande que México y algo más pequeña que Argentina, con sus 2,17 millones de kilómetros cuadrados. Sigue siendo muy grande, pero solo (vaya, "solo") es unas cuatro veces España. Eso sí, apenas residen poco más de 60.000 personas.
Otro país que parece más grande es Canadá, sobre todo por la distorsión que afecta al norte del país. Es enorme: el segundo más grande del mundo. Y es más grande que Brasil (mide casi 10 millones de kilómetros cuadrados, casi como Europa entera). Pero cambia mucho su aspecto cuando se varía su posición en el plano, reduciendo la distorsión.
Algo parecido pasa con Rusia, como se puede ver cuando arrastramos este país hasta el Ecuador.
El continente que más se subestima es África. Solo hay que recordar esta famosa simulación de Krai Krause, similar a la más reciente de México y que fue la que inspiró la web The True Size Of. Siguiendo con Groenlandia: África es 14 veces este país.
También podemos comparar Sudáfrica con Europa occidental. Ocupa un área de 1,2 millones de kilómetros, algo más que la suma de España y Francia. Y un poco más grande que Colombia. Y eso que no es más que el extremo inferior del continente: caben 25 Sudáfricas en toda África.
Entonces, ¿por qué seguimos usando la proyección de Mercator?
Aunque resulte paradójico, todo esto no quiere decir que el mapa de Mercator esté mal hecho. Al contrario. El objetivo de este cartógrafo del siglo XVI no era humillar a los africanos ni hacernos creer que Groenlandia es el país más grande del mundo, sino mantener los rumbos marinos en líneas rectas. Era un mapa para navegar y lo que hizo fue tratar el globo como un cilindro y mantener los ángulos rectos entre paralelos y meridianos.
De hecho y a pesar de la mala fama que ha cobrado, gracias a estas propiedades se sigue usando en los mapas digitales de Google Maps, Bing y OpenStreetMap.
Aun así, es importante recordar las representaciones en los mapas no son ni neutrales ni objetivas. Como vimos en un artículo anterior sobre este tema, todos los cartógrafos han de responder a diferentes preguntas y han de seguir diferentes criterios: no hay ningún motivo para que el norte esté arriba, para que Europa esté en el centro o para que África tenga menos presencia. Todas opciones tienen sus inconvenientes, ya sea porque se distorsionan las superficies, las distancias o, buscando el punto medio, ambas.