“No tengo ninguna duda de que cuando algún día se escriba mi obituario, la imagen de Ali contra Liston será la que verá todo el mundo”. Así habla el fotógrafo Neil Leifer de la fotografía que captó en uno de los combates más memorables de la historia del boxeo: el segundo encuentro entre Sonny Liston y Muhammad Ali, en 1965. El boxeador victorioso en la imagen, el nacido como Cassius Clay, falleció ayer, 3 de junio a los 74 años. Le recordamos con la historia de su foto más icónica.
La foto perfecta de Neil Leifer en 1965 en la portada del sábado de Washington Post.
Tras ser derrotado por Ali el año anterior, Liston intentaba en este enfrentamiento recuperar su título de pesos pesados. El combate, celebrado el 25 de mayo en Lewiston, sigue siendo la lucha por el título con menos espectadores de la historia, con solo 2.434 espectadores. También de las más cortas: con solo dos minutos y doce segundos disputados, un inesperado golpe de Ali tumbó a Liston, que no tuvo tiempo de levantarse.
“Los aficionados al boxeo han estudiado las filmaciones del minuto siguiente con la misma atención fanática que los eruditos sobre el asesinato de Kennedy”, contaba David Remnick, editor de New Yorker y ganador del Pulitzer, en su libro sobre Ali Rey del mundo. En la prensa, al puñetazo inesperado se le bautizó como “golpe fantasma”.
Fue tras el "golpe fantasma", mientra Clay gritaba a Liston “¡Levántate y pelea, cabrón!”, cuando Leifer disparó su cámara. Su imagen ha sido considerada una de las 100 mejores fotografías deportivas de todos los tiempos por la revista Sports Illustrated.
Conmemorando el 50 aniversario de la imagen, celebrado el pasado 2015, la revista Slate publicó un extenso reportaje sobre cómo Leifer tomó la fotografía: “Para capturar el color, Leifer colocó flashes especiales cerca del ring, aunque esto le llevó a un desafío más grande: solo tenía un disparo. Los otros fotógrafos blandían el equivalente a semiautomáticas, mientras que él sostenía un rifle de francotirador”.
Muhammad Ali y el fotógrafo Neil Lwifer, que tomó la famosa fotografía de la pelea Ali-Liston.
Su único disparo dio en el blanco. “Me gusta pensar que se trata de una fotografía maravillosa, pero hay un montón de azar en la fotografía deportiva”, explicaba el fotógrafo en una reciente entrevista a NPR. “Siempre suena muy modesto cuando uno dice que fue suerte… Pero en este caso es realmente cierto. Estaba claramente en el asiento correcto”.
Leifer, de hecho, estaba en un asiento “malo”. Él era el fotógrafo junior de Sports Illustrated y estaba en el lado opuesto a Herb Scharfman, el fotógrafo senior del diario.
Al igual que ocurre con la foto del beso más famoso de internet, el de un marinero a una enfermera en Times Square en 1945, también dos fotógrafos capturaron el momento. Dos filas más atrás más atrás de Leifer se encontraba John Rooney, que con su “semiautomática” inmortalizó el mismo momento en blanco y negro:
La fotografía de Rooney ganó ese año el World Press Photo, mientras que la de Leifer no logró ni ser la portada de su revista. Sin embargo, ha terminado siendo más conocida. “Cuando la foto de Rooney aparece en la red”, cuenta Slate, “se suele atribuir a Leifer, asumiendo que es una copia recortada y en blanco y negro de la original”.
Ambas son similares, pero hay diferencias: la de Rooney está más alejada y algo más elevada, seguramente porque el fotógrafo tuvo que esquivar la cabeza de Leifer para tomar la imagen. Son dos disparos diferentes de la foto más célebre del boxeador que se movía como una mariposa y picaba como una abeja.