Cada 15 días es lo mismo. Esperas, te desesperas, experimentas una felicidad indescriptible y luego sientes una especie de cruda que se apodera de ti. Sin importar tu profesión, si trabajas en un sistema salarial, tu estado de ánimo depende muchas veces de la llegada de la quincena. Hagas lo que hagas no puedes evitar para por sus cuatro etapas.
Desde la frustración que se siente cuando el depósito de tu pago no ha caído, pasando por las eternas filas del cajero, los despilfarres innecesarios y la opresión en el pecho que llega cuando notas que te acabaste el dinero en menos de 24 horas. Estos tuits explican a la perfección el ciclo infinito de todo aquel que al escuchar la palabra quincena, siente que se le enchina la piel.
Etapa 1. La espera
Etapa 2. La incierta visita al cajero
Etapa 3. La felicidad y el despilfarre
Etapa 4. La austeridad total