La educadora británica Rosie Dutton le mostró dos manzanas a sus estudiantes de entre 10 y 11 años de edad. Le pidió al grupo insultar a una y halagar a la otra. Más tarde la maestra partió las manzanas a la mitad. La que había recibido cumplidos mantuvo buen aspecto, pero la que había recibido insultos presentaba manchas y magulladuras. “Los niños estaban asombrados por lo que había pasado”, cuenta Dutton a Verne vía telefónica. “Inmediatamente comenzaron a discutir los efectos que habían provocado sus insultos. Más tarde, les expliqué que en realidad había golpeado a la manzana antes de mostrarla, pero primero quería que hicieran la reflexión”.
Dutton, quien enseña en la escuela Relax Kids en Tamworth, al noroeste de Londres, compartió en Facebook su experiencia con esta lección en su salón de clases el 21 de junio. En una semana, la publicación se ha compartido más de 200.000 veces. Puedes leer una traducción al español al final de este artículo.
La maestra de 31 años le ha hablado a sus estudiantes sobre los efectos negativos del bullying a lo largo de su carrera, que inició hace 15 años. Sin embargo, Dutton no es inmune a él. “Hace una semana (principios de junio), recibí comentarios hirientes de una persona y me sentía muy mal”, comenta. “Por eso decidí enseñarle a mi grupo sobre el daño que ocasionan este tipo de palabras. Creo que entre más pronto entiendan los efectos del bullying, más fácil será para ellos identificarlo y prevenirlo”.
Este ejercicio se ha implementado en varias escuelas en Reino Unido y Estados Unidos, asegura Dutton. “He visto muchos ejemplos desde hace años. Casi siempre se le pide a los niños aventar la manzana o golpearla contra algo para que entiendan las consecuencias del maltrato físico”, comenta la educadora. “Mi versión se enfoca en los efectos de las palabras”.
Dutton publicó su experiencia en Facebook un día después de la clase, como lo hace con muchas de sus lecciones. “Estaba en shock cuando vi la cantidad de comentarios que había recibido. No lo podía creer. Creo que es una señal de que el bullying es un problema mundial y la gente busca formas de prevenirlo, especialmente los educadores”.
No todos los comentarios que recibió la maestra fueron halagadores. “Algunas personas cuestionaron el método porque les hice creer a mis estudiantes que sus palabras estaban hiriendo a la manzana. Cuando le estás enseñando a niños, a veces hay que jugar un poco con la realidad para que puedan comprender ciertas cosas. Por supuesto, más tarde les expliqué lo que había hecho con la manzana, pero si lo hubiera hecho desde un principio no hubieran entendido el punto”.
Relax Kids es un sistema de escuelas en Reino Unidos dedicadas al desarrollo emocional de niños entre 4 y 12 años.
La manzana maltratada
Rosie Dutton
Hoy, en una de nuestras clases les enseñé dos manzanas a los niños (ellos no sabían que antes de clase había dejado caer una al suelo varias veces, pero no se notaba, las dos manzanas se veían igual). Hablamos sobre ellas y los niños dijeron que ambas eran rojas, de tamaño similar y que parecían apetitosas.
Agarré la manzana que había tirado al suelo previamente y le dije a los niños que no me gustaba esa manzana, que la consideraba desagradable, que tenía un color horrible y su rabito era demasiado corto. Les dije que quería que ellos sintieran el mismo disgusto por la manzana que yo y la insultaran.
Algunos niños me miraron como si estuviera loca, aun así pasamos la manzana entre el grupo para insultarla: eres una manzana apestosa, no entiendo por qué existes, seguro que estás llena de gusanos, etc. Realmente nos desquitamos con la manzana, hasta sentí pena por ella.
Luego pasamos la otra manzana entre el grupo y comenzamos a decirle cosas bonitas: eres encantadora, tu piel es preciosa, qué bonito color tienes.
Más tarde agarré las dos manzanas y se las mostré al grupo. Seguían siendo muy parecidas. Partí las manzanas por la mitad. La que había recibido piropos estaba fresca y jugosa, sin manchas. La otra tenía moratones y estaba pastosa.
Los niños entendieron lo que había pasado inmediatamente. Los golpes y manchas de la manzana maltratada simbolizaban lo que sentimos cuando alguien nos trata mal o nos dice cosas hirientes. Cuando la gente sufre bullying, sobre todo los niños, sienten un dolor que algunas veces no demuestran o prefieren no hablar de ello. Si no hubiéramos partido la manzana por la mitad, no nos habríamos enterado del daño que habíamos causado.
Hace una semana compartí con los niños una experiencia en la que había recibido comentarios hirientes. Aparentemente parecía que estaba bien, no dejé sonreír. Pero por dentro me sentía mal, sentía mucho dolor.
A diferencia de la manzana, nosotros tenemos la habilidad de prevenir esto. Podemos enseñarles a los niños que no está bien decir cosas hirientes a otros y que siempre debemos hablar de nuestros sentimientos con los demás. Debemos enseñarles a defender a otros niños y detener cualquier tipo de bullying, como una de mis estudiantes, que se negó a decirle cosas feas a la manzana.
Nuestras heridas interiores empeoran cuando nadie hace nada para detener el bullying. Debemos crear una generación de niños amables y considerados. La lengua no tiene huesos, pero es lo suficientemente fuerte para romper un corazón. Ten cuidado con las palabras.