"¿Cómo pueden los hombres que trabajan en una compañía especialista en ropa interior de copa grande entender mejor a su público objetivo? La respuesta no es la que se imaginan..." Con este mensaje la marca de lencería PrimaDonna presentaba en las redes sociales un anuncio en el que muestran cómo se había desarrollado en sus oficinas el E Cup Day (Día de la Copa E). Se trata de una jornada pensada para que sus empleados varones experimentaran, durante un día, lo que supone tener pechos y soportar, como en el caso de las mujeres con tallas más grandes, ese peso extra.
“Es una pregunta que, como hombre, se me ha hecho a menudo. ¿Cómo puedes saber lo que es vivir con una talla grande de pecho?”, señala al inicio del anuncio el responsable de la marca. Ignace Van Doorselaere explica después que existen un millón de técnicas de marketing para conocer las necesidades de los consumidores, pero hay cosas que un hombre no puede llegar a entender si no es a través de la propia experiencia.
Publicado el pasado 4 de julio en su perfil de Facebook -donde ha superado las 800.000 reproducciones y se ha compartido en 12.000 ocasiones-, puede verse también subtitulado al inglés en su canal de YouTube. A lo largo de un minuto y medio se van sucediendo imágenes de cómo se desenvuelven en la oficina los empleados varones mientras llevan una especie de arnés con pesas: en el almacén, en el taller de confección, en la máquina de café...
Después de un rato comienzan a notar los efectos asociados a ese peso que muchas mujeres sufren en su día a día: marcas y rojeces en los hombros, dolores de espalda, de cuello... y también, recurriendo al humor, los hombres tiran de fotocopiadora para retratar sus pechos ficticios. La realidad, señalan en el vídeo, es que una copa de sujetador de tipo E se traduce en un peso de un kilo o un kilo y medio por pecho. "Un buen sujetador", continuan, "no solo hace que una mujer se sienta mejor físicamente, sino también más atractiva. Un buen soporte es importante. Y todo el mundo en PrimaDonna es consciente de ello ahora".
Según explica a Verne a través del email Ignace Van Doorselaere, CEO de Van de Velde -compañía en la que se integra PrimaDonna-, él fue el primero en probar el arnés y quien decidió trasladarlo al resto de la plantilla: "La idea surgió en una conversación informal con June Kenton -antigua responsable de la marca de lencería Rigby & Peller-, quien me contó que llevar un sujetador incorrecto puede ocasionarte dolor de hombros y espalda, especialmente cuando usas una copa de sujetador grande", comenta.
Después de esta conversación, Van Doorselaere se presentó en uno de sus discursos para la compañía con dos botes de pintura, atados a una cuerda, colgando del cuello. "Quería sentirlo durante una hora", explica, "Y lo hice, pero el peso de los botes era mucho mayor que el de los pechos, así que pedí al departamento de relaciones públicas que hiciera una prueba más seria sobre ello y que otros hombres de la compañía probasen el sujetador. Les llevó un tiempo configurarlo -encontrar el mecanismo correcto para sostener las pesas- , pero me alegro de que lo hayan hecho".
El vídeo, en el que participaron una quincena de empleados, se rodó pensando en su difusión en las redes sociales y el balance, según Van Doorselaere, es positivo: "Los hombres solo ven las cosas 'agradables' de los pechos, sobre todo si son grandes (bromas, comentarios machistas...), pero no ven los inconvenientes. Así que es importante experimentarlo para entenderlo", concluye.