Una mujer de 91 años visitaba la semana pasada el Neues Museum de Núremberg. A su paso por una de las salas del centro, se paró a admirar una de las obras de su exposición temporal. Se trataba de un collage que incluía un crucigrama. Uno de los carteles de la pieza rezaba "Insert Words" (inserte palabras); y eso es lo que hizo. Extrajo un bolígrafo negro de su bolso y procedió a rellenar el pasatiempo plasmado en el cuadro, que está asegurado en 80.000 euros.
21 horizontal: "La palabra muro en inglés". W-A-L-L, acertó la mujer a escribir en los cuatro recuadros reservados a la solución. Cuando los responsables del museo se dieron cuenta de lo sucedido, enviaron de inmediato la obra, titulada Reading-work-piece, a un restaurador y dieron parte a la policía local.
"Nos vimos obligados a informar sobre el incidente a las autoridades, porque así lo exige el seguro. Pero desde el primer momento supimos que no hubo mala intención en las acciones de la anciana", cuenta a Verne a través del teléfono Eva Martin, portavoz del museo alemán.
La anciana, que formaba parte de una excursión de la tercera edad, se acercó a esta obra en un momento en que el vigilante se encontraba en otra sala. "Fue algo muy rápido, pero todavía nos preguntamos cómo ninguno de sus acompañantes le pidió que parara", comenta Martin.
'Reading-work-piece', de Arthur Køpcke (1965). Imagen de A. Kradisch cedida por el Neues Museum de Núremberg.
Al descubrir su error, la mujer, una odontóloga jubilada con amplios conocimientos de inglés, se mostró tranquila. "Solo hice algo que al artista le hubiera gustado que hiciera", recuerda Martin que dijo la anciana a la policía y a los encargados del museo.
Por fortuna, el trabajo que el artista alemán Arthur Køpcke firmó en 1965 no ha sufrido daños irreparables. "Los trabajos de restauración comenzaron de inmediato, cuando la tinta apenas se había secado. Se procedió a limpiar la superficie de forma manual con un líquido especial. De habernos dado cuenta más tarde hubiese sido mucho peor", explica la representante del Neues Museum.
Valora los costes de reparación en poco más de mil euros, a pesar de que el seguro cubría hasta los 80.000 euros. El valor de mercado de la pieza se desconoce, aunque con la fama que está alcanzando después de este incidente puede que sea superior al de hace una semana, reconoce Eva Martin.
Reading-work-piece no es propiedad del museo germano ni está integrada en su colección permanente, si no que pertenece a un coleccionista privado que ha cedido la obra al centro artístico de Núrember para que forme parte de una exposición temporal. Una vez supo que la obra va a recuperarse sin problemas, su dueño se lo tomó con humor. "Fue muy tolerante y comprensivo. Nos ha confirmado que no va a presentar cargos contra la anciana, así que ella no va a tener ningún problema", confirman desde el museo a Verne.