El proceso de escolarización de un niño es una etapa ilusionante y muy importante para su desarrollo vital: conviven con sus semejantes, comparten aventuras, descubren la amistad... Sin embargo, si esa experiencia se desarrolla en un contexto negativo, puede resultar muy traumática.
Amy Beth Gardner, un fotógrafa y madre de Cleveland, EE UU, abordaba con su hija mayor el paso de la educación primaria a secundaria. La niña estaba a punto de comenzar un nuevo curso y, para inculcar en ella el respeto hacia sus compañeros, recurrió a una metáfora muy gráfica: la lección clásica del tubo de pasta de dientes.
Mi hija empieza mañana secundaria. Hemos decorado su taquilla, hemos comprado uniformes nuevos e incluso sorprendido con una mochila nueva. Pero esta noche antes de acostarnos, hemos hecho otra tarea previa a la secundaria que es mucho más importante que las otras. Le di un tubo de pasta de dientes y le pedí que la rociara encima de un plato. Cuando terminó, le pedí con calma que volviese a poner la pasta de dientes dentro del tubo. Ella empezó a exclamar cosas como "¡Pero no puedo!" y "¡No volverá a estar como antes!" Esperé pacientemente hasta que terminó y después le dije lo siguiente: "Vas a recordar este plato de pasta de dientes el resto de tu vida. Tus palabras tienen el poder de la vida o de la muerte. Ahora que vas a empezar secundaria, estás a punto de ver el peso que tienen tus palabras. Vas a tener la oportunidad de utilizar tus palabras para lastimar, humillar, difamar y herir a otros. También vas a tener la oportunidad de utilizar tus palabras para sanar, animar, inspirar y amar a los demás. De vez en cuando elegirás la opción incorrecta. Esta semana se me ocurren tres ocasiones en las que he utilizado mis propias palabras sin cuidado y he causado daño. Al igual que esta pasta de dientes, una vez que las palabras salen de tu boca, no puedes retirarlas. Usa tus palabras cuidadosamente, Breonna. Cuando otros estén haciendo un mal uso de sus palabras, vigila las tuyas. Elige cada mañana que las palabras llenas de vida sean las que salgan de boca. Decide esta noche que tú vas a ser una persona que aporte vida en la escuela secundaria. Sé conocida por tu consideración y compasión. Usa tu vida para dar vida a un mundo que lo necesita desesperadamente. Nunca, nunca lamentarás haber elegido la amabilidad".
Gardner compartió su historia en sus cuentas de Instagram y Facebook el pasado 14 de agosto. Desde entonces, lleva superados los 500.000 Me gusta y los 700.000 compartidos. "Creo que la razón de que este post haya llegado a tanta gente es que todos podemos recordar un momento en el que alguien usó sus palabras para lastimarnos en la escuela", explica a Verne Gardner a través de un mensaje privado. "De igual modo, la mayoría de nosotros puede recordar un momento en que hemos utilizado nuestras palabras para herir también a alguien. La historia de la pasta de dientes nos recuerda a todos, de una forma amable, que nuestras palabras y acciones realmente importan".
Al igual que hiciera en un post posterior Gardner, de 31 años, explica las dificultades que han tenido ella y su marido Paul para llegar a ser padres legales de sus dos hijas -Breonna de 11 años y Bridgett de 7- que adoptaron a través de un servicio de acogida del estado. "Aquí se conoce como foster care", detalla. "Fuimos sus tutores durante más de 500 días antes de convertirnos en sus padres adoptivos en agosto de 2015".
Las niñas, ha contado, provenían de un ambiente "muy, muy difícil", así que querían estar seguros de que su hija mayor entendía la importancia de la generosidad ahora que iniciaba una nueva etapa vital. "Cuando se lo expliqué lo entiendo perfectamente", recuerda a Verne Gardner, "y después del ejercicio estuvimos hablando de mi propia experiencia, de ocasiones en las que usé correcta o incorrectamente mis palabras. Quiero que ella adquiera mis fortalezas, pero que aprenda de mis debilidades".
"A diferencia de otros padres que tienen el lujo de disponer de 18 años para criar a su hijo en valores, a nosotros la vida solo nos ha dado 9 años contigo antes de que probablemente abandones el nido", ha respondido Gardner en Facebook a quienes han criticado su gesto. "No saben (quienes critican) cuántas noches nos hemos ido a la cama sintiéndonos completamente derrotados y cómo hemos trabajado juntos para ordenar el caos que fue tu infancia antes de que llegaras a nuestras vidas".
La historia de la pasta de dientes no es nueva. En internet pueden encontrarse distintas referencias a ella como una técnica que suelen utilizar los profesionales de la enseñanza para que los menores reflexionen sobre el daño que pueden causar sus comentarios en otros niños. En inglés, además, existe una frase hecha -It's toothpaste out of the tube- para explicar ese concepto: cuidado con lo que hagas porque el pasado no puede modificarse. Gardner se acordó de ella cuando su hija pequeña estrujó el tubo de la pasta de dientes como una travesura: "Al ir a recogerla pensé: Más vale que lo limpie porque no va haber forma de volver a meterla en el envase. Y de inmediato se me ocurrió que era una buena idea para trabajar con Breonna".
En Verne, ya hemos recogido en otras ocasiones los métodos a los que recurren los docentes para erradicar los casos de bullying de las aulas. Las manzanas que cambian su aspecto al ser maltratadas, o el truco ninja de la profesora de matemáticas Kathy Pitt son algunos de los más populares.