Cuando son adultos estos insectos viven solo unas horas, pero en ese corto intervalo de tiempo, mientras se aparean, dejan imágenes tan espectaculares como estas captadas la noche del 23 de agosto por la fotógrafa Blanca Aldanondo en la localidad navarra de Tudela. El fenómeno es especialmente evidente en el puente del Ebro y es bien conocido por sus vecinos. Cada año, hacia el final del verano, ven cubrirse de blanco la carretera y las farolas de la pasarela por la presencia de efímeras.
"Lo primero que conviene aclarar", cuenta a Verne por teléfono Jorge Luis Agoiz, tudelano y Entomólogo aficionado, "es que no son ni polillas ni mariposas. Estamos hablando de un orden de insectos completamente distinto, Ephemeroptera, que es uno de los órdenes más arcaicos de los insectos alados". Los Ephemeroptera se conocen popularmente como efímeras o efeméridas y, como señala Agoiz, su denominación no es casual -"tienen un nombre muy bien elegido"- porque ya lleva implícita su condición breve y pasajera.
Enrique Baquero, profesor de Zoología en el departamento de Biología Ambiental de la Universidad de Navarra, explica que "dentro de lo que es el mundo complejo de los insectos, este sería una de los que menos conoce la gente porque no se encuentran en lugares que frecuentamos habitualmente- no los vemos en nuestras casas o en el campo, por ejemplo- y tenemos que ir a buscarlos a lugares un poco más raros".
Su hábitat natural es el agua y suelen encontrarse en aguas tranquilas como las de los ríos. "Sus larvas son acuáticas", recuerda el Entomólogo Jorge Luis Agoiz. "Permanecen bajo el agua un año y después, cuando mudan a su etapa adulta salen a la superficie, primero a la orilla del río hasta que su cuerpo se hace fuerte, y después, en una segunda fase, echan a volar y se aparean antes de morir".
El profesor Enrique Baquero -que también dirige el Máster de Biodiversidad, Paisajes y Gestión sostenible de la Universidad de Navarra- explica que durante esas escasas 24 horas de vida adulta estos insectos "ni siquiera comen. Solo se dedican a la reproducción y aparecen en grandes números, miles de ellas al mismo tiempo, porque es una forma de defensa natural ante posibles depredadores".
Esa eclosión en la superficie es la que deja imágenes tan espectaculares como las recogidas en este vídeo por el Diario de Navarra en Tudela, pero ¿es un fenómeno exclusivo de esta zona? "No, no para nada", responde Agoiz, "en este puente del Ebro son más evidentes por varias razones, pero pueden encontrarse en cualquier otro punto del río como Tortosa y también en otras partes de España. Existen hasta 50 especies de efímeras. En el caso del Ebro se trata de efímeras virgo, con unas características particulares como su color: el blanco".
En YouTube e Instagram pueden encontrarse además varios vídeos que dan cuenta del fenómeno en zonas fluviales de Polonia o EEUU. A pesar de lo molesto que puede resultar para los viandantes el número de efímeras que llegan a concentrarse en una zona, su presencia no supone ningún trastorno. "No son venenosas, ni pican, ni nada parecido", explica Enrique Baquero. "Ni siquiera son perjudiciales para la agricultura porque tampoco se alimentan de los cultivos. Es más, cumplen su función reguladora en el ecosistema porque ellas a su vez son alimento para los peces".