“Kaneganai nai nai nai nai keredomo. Ano ko koi shite, koi shite, koi shite runda yo”. Esto puede parecer un trabalenguas, pero en realidad es la versión en japonés de No tengo dinero, uno de los grandes éxitos de Juan Gabriel. Juanga rebasó clases sociales y gustos musicales, pero pocos saben que dentro de su repertorio de más de 1.500 canciones hay dos en ese idioma: Canega nai Qeledo Mo (No tengo dinero) y Gitomino Qireina Anoco, la versión de uno de sus primeros éxitos Me he quedado solo.
El productor Eduardo Magallanes, con quien Juan Gabriel trabajó por más de 40 años y grabó la mayor parte de su discografía, admite por correo electrónico que desconoce la historia detrás de estas versiones, pues no trabajaba con él cuando se realizaron. Antonio Carrizosa, periodista musical que ha investigado sobre el tema, dice a Verne vía telefónica que las canciones fueron parte de un proyecto para catapultar al cantautor al mercado asiático, plan que no funcionó. “Juan Gabriel pudo haber sido el ídolo más grande en la historia de Japón”, asegura.
El también analista de música relata que todo comenzó a finales de los años setenta y principios de los ochenta. La disquera BMG Ariola ideó un plan para proyectar en el extranjero a artistas mexicanos como José José y Juan Gabriel. La apuesta para el Divo de Juárez fue alcanzar al mercado europeo con la reedición en español de My Home Town a dueto con Paul Anka y dos de sus canciones en otros idiomas. “Escogieron Me he quedado solo y No tengo dinero porque rindieron muchísimo en ingresos y lo catapultaron como uno de los vendedores de discos más importantes de México”, explica Jorge Ávila, coordinador de marketing estratégico de Sony, la disquera de Juan Gabriel después de que fusionó con BMG en 2004.
Ambos éxitos se grabaron en inglés, portugués y japonés. Ávila cree que es posible que Enrique Okamura, director artístico de RCA Victor (la primera casa discográfica del cantautor) y de ascendencia japonesa, tuviera algo que ver en el acercamiento asiático en los primeros pasos de la carrera de Juan Gabriel. "Todo empezó como un experimento, él aprendió la fonética y simplemente grabó las canciones", explica Carrizosa. El traductor Tadayuki Goshozono nos confirmó que la letra de estas versiones sí es comprensible. "La pronunciación en Gitomino Qireina Anoco (Me he quedado solo) es realmente buena y se entiende perfectamente la historia que cuenta la canción", comenta. "Canega nai Qeledo Mo (No tengo dinero) es más fácil de aprender porque tiene una letra más repetitiva y pegajosa", añade.
El experimento no tuvo, por desgracia, el éxito que se tenía pensado al inicio del proyecto. No quedan registros del Divo de Juárez en Oricon, el máximo referente de las listas de popularidad en Japón, durante los ochenta. Carrizosa ofrece una hipótesis sobre este proyecto fallido: “Juan Gabriel tenía estándares muy exigentes para su trabajo y, eventualmente, no aceptó la promoción que se tenía prevista para el mercado nipón porque, en su opinión, se pudo haber hecho mejor”. Ávila, que ha compilado 12 discos de Juan Gabriel en 18 años, desconoce la razón de por qué los planes no funcionaron, pero reconoce que el cantante siempre estuvo muy involucrado en el proceso artístico y la comercialización de sus discos.
Una prueba de que el trabajo no prosperó es que sólo se grabaron dos canciones. “La industria funcionaba con un esquema parecido al de iTunes en la actualidad: primero se sacaban uno o dos sencillos y después el elepé completo”, argumenta Ávila. El disco en japonés (ni en portugués o inglés) nunca llegó. Parecía que todo había quedado en una rareza, que probablemente nunca sonó con todo su potencial en la radio del país asiático o se hizo durante muy poco tiempo.
Este resultado no significa que la música mexicana no tiene potencial de triunfo en Japón, asegura Carrizosa. El da como ejemplo al trío de boleros Los Panchos, que realizó varias interpretaciones y grabó un disco en ese país.
Pasaron los años pero Juan Gabriel no abandonó del todo su aventura asiática. "Su música llegó a todo el mundo, era un artista universal, con un profundo amor por su país, pero con un interés constante por otras culturas", detalla Michelle Tejeda, portavoz del club de fans Movimiento Juangabrielista de México, que ha reunido a más de 100.000 seguidores en un año. Para deleite de sus fanáticos más asiduos, el intérprete incluyó las versiones en japonés en un álbum de rarezas que pertenece a una colección de 25 discos para conmemorar sus 25 años de carrera.
El Divo anunció en 2013 que tenía planeado celebrar una gira que incluía conciertos en el país del sol naciente y que quería sorprender a su público nipón con algunos temas en japonés, que había estudiado desde hace algunos meses en ese entonces, según la cadena Univisión. Una búsqueda en Google con "フアン・ガブリエル (la transcripción de su nombre en ese idioma)" no arroja evidencias de que se hayan llevado a cabo esos conciertos. Las fuentes consultadas apuntan que la gira japonesa no se celebró, aunque no se aclaró públicamente por qué.