¿Qué pasaría si en algún momento del día, sin previo aviso, tuvieras que lidiar con una crisis de ansiedad? ¿Crees que podrías superarla? Ahora piensa en lo que sucedería si este episodio se repitiera cada tres o cinco minutos durante uno o dos días o, peor aún, durante una semana completa. Eso es lo que experimentan algunos perros cada vez que escuchan un cohete explotar.
Desde hace ya varios años, los efectos negativos que los fuegos artificiales tienen en el medioambiente y en los seres humanos han sido tema de conversación entre médicos y ecologistas. Sin embargo, los problemas que provocan en los animales, específicamente en los caninos, empezaron a explorarse recientemente. “Los perros escuchan y perciben olores con mucha más intensidad. Los sonidos fuertes como los truenos o los cohetes son sumamente fuertes para ellos. Les provoca mucho estrés”, explica a Verne en entrevista telefónica, Cynthia Becerra, veterinaria de la Asociación pro-Defensa de los Derechos de los animales.
Aunque no todos los perros experimentan esta problemática, de acuerdo con Becerra, una gran parte de la población canina "sufre de mareos y desesperación" cuando escucha ruidos fuertes. “Este comportamiento no es exclusivo de perros razas o de perros grandes o chicos. Depende de la exposición que tienen a esos sonidos, de la edad a la que los escucharon o de si vivieron un evento traumático”, comenta.
Desgraciadamente, ese estrés que vive el canino puede traerle accidentes graves. Manuel López, veterinario de la Asociación Mexicana por los Derechos animales (AMEDEA), indica vía telefónica que los cohetes los neurotizan. “Sienten tanto miedo que no lo soportan y se exponen. Intentan huir y se avientan de balcones y azoteas o, buscando en dónde esconderse, corren y se extravían. A veces los atropellan”.
Lucero González, directora del Centro especializado en conducta de perros, Rincón de Solín, agrega que durante estos períodos de estrés también puede haber daños físicos y psicológicos. “Hay perritos que empiezan a morderse y pueden llegar hasta el hueso. No saben qué hacer y se lastiman gravemente”, dice a Verne en entrevista telefónica. “Pueden llegar a azotarse contra las paredes o escapar en busca de un lugar seguro”.
Becerra asegura que durante el mes de septiembre, los casos de perros que se accidentan debido a estos episodios de estrés aumentan. “Desgraciadamente en México hay muchas fiestas en las colonias en donde se usan cohetes, pero 15 y 16 de septiembre hay un incremento de consultas relacionadas a fuegos artificiales de aproximadamente un 30 %”, detalla. López, por su parte, asegura que lo mismo sucede en Navidad y año nuevo.
¿Cómo minimizar los efectos que los cohetes tienen en los perros?
Hay distintas opciones para lograrlo. Becerra recomienda la herbolaria: “Existen gotas que contienen passiflora, valeriana y tila que, administradas unas semanas antes de los eventos en donde va a haber cohetes, pueden tener buenos resultados”, señala. “Otra opción útil son los collares que emiten olores relajantes y la colocación de algodón en los oídos de las mascotas”.
López considera que es complicado ayudarlos cuando no hay forma de aislar a la mascota de los ruidos. “Pueden usarse tranquilizantes, pero es necesario consultar un médico. Estos medios químicos sirven para evitar que se alteren y se lastimen. Imaginar que en México se dejarán de usar cohetes es imposible”.
Para González, es importante entender que esta conducta en los perros no es normal y por ello tienen que ser tratados. “Es lo mismo que pasa con el ser humano y las fobias. Estas no son normales, aunque sean regulares en las personas”, dice. “Puede que muchos individuos las experimenten, pero no deben de aprender a vivir con ellas. Deben trabajar para poder sobrellevarlas. Con los perros pasa lo mismo, se debe trabajar para resolver los problemas”.
Otras opciones son: Los vendajes de Ttouch o antipirotecnia -que oprimen ciertos puntos y ayudan a bajar el ritmo cardíaco del animal-, crear un pequeño espacio en donde el perro pueda ocultarse y sentirse seguro o usar juegos distractores. “Es importante entender que el diagnóstico se debe hacer por perro y que dependiendo del perro se usan determinadas herramientas”, asegura González.