En pleno centro del Soho en Nueva York está la farmacia independiente Thompson Chemists. Su dueña, Jolie Alone, ha decidido que los hombres paguen más y así sientan lo que "sufre" una mujer a diario cuando tiene que desembolsar más dinero por el mismo producto de higiene. Es la llamada "tasa rosa" o pink tax.
“Empezamos esta idea en la mañana del Columbus Day (que se celebra en Estados Unidos el segundo lunes de octubre) porque había mucha gente en Nueva York y queríamos que el mensaje llegue a la mayor cantidad de personas posible”, explica Alone a Verne.
Puso en el escaparate de su farmacia dos carteles. El primero, en rosa, decía: All Female customers shop tax free (todas las mujeres que compren aquí, no se les aplicará impuesto). El otro, en azul, contenía el mensaje All male customers are subject to a 7 per cent Man Tax (todos los clientes hombres pagarán un 7 por ciento de impuesto).
Para Alone es importante “concienciar” a la ciudadanía sobre esta brecha de género porque es un tema que sigue presente y que muchos han olvidado. “Yo quiero que la gente se informe y que entienda sobre estas diferencias, no busco ganar más clientes. La gente solo habla de Trump y de Clinton, pero nadie hace caso al disparo de los precios de estos productos. Toda la vida hemos pagado mucho en estos artículos y solo porque tienen las cajas de diferente color las mujeres tenemos que invertir más”, lamenta.
Un estudio publicado en 2015 por el Departamento de Consumo de Nueva York estima que los productos femeninos cuestan una media de un 7 por ciento más que los masculinos. Esta diferencia se ha medido en cinco industrias diferentes: juguetes, ropa infantil, ropa para adultos, productos de aseo personal y productos sanitarios.
En España, en cambio, el impuesto de artículos como compresas y tampones es de un 10 por ciento. A estos productos de higiene femenina se les aplica una tasa de IVA diferente a la de los bienes de primera necesidad, que es de un cuatro por ciento. Ccampañas como Tampons from Canada denuncian estas diferencias de precios.
Ejemplo español de impuesto rosa
En otras partes de Europa, si bien no se ha realizado un estudio, se han creado movimientos sociales como Georgette Sand en Francia.
Alone comenta que la reacción de sus clientes ha sido positiva y que no ha perdido ni ganado en sus ventas. “Cuando vienen mis clientes hombres se quedan pensando y se asombran. Un día vino un chico con su novia y me dijo que de haber sabido sobre esta situación el pagaría más. Cuando vienen chicas se alegran y señalan que es justo por su género”.
Una de las más alegres clientas y amigas de Alone es una mujer que vive frente a la farmacia. Ella tiene 59 años y ahora que ya no tiene que comprar productos de higiene femenino le comenta entre risas a su amiga “con todos los impuestos que pagué, podría haber comprado muchas cosas en mi vida”.
Hasta el momento Thompson Chemists es la única farmacia que ha realizado este acto en protesta por el pink tax.