Nikki Richardson está acostumbrada a ver bocas de caracoles, barrigas de arañas y suelas de ranas. Esta fotógrafa australiana de 29 años toma primerísimos primeros planos de algunos de los animales más pequeños de su isla, para después publicarlos en su cuenta de Instagram, @faunatography, que cuenta con 26.000 seguidores. Uno de los mejores ejemplos de su trabajo es este caracol que devora una seta. “Es uno de mis vídeos favoritos. Quería una foto de cuento de hadas de un caracol en un hongo, pero esto me quedo mucho mejor”, reconoce a Verne a través de correo electrónico.
Las imágenes y vídeos de la australiana resultan extrañamente adictivos, una circunstancia que Richardson sabe explicar: “Puedes encontrar animales pequeños como los insectos en cualquier parte. Están en cualquier jardín. Quizá por ello sorprende tanto ver de otra forma a animales que que te encuentras tan a menudo”. La apuesta de Richardson por animales corrientes resulta especialmente llamativa al tratarse de una residente en Australia, la isla de los ornitorrincos, los canguros y los koalas. “Quizá mis fotos favoritas son las de hormigas verdes. Son trabajadoras, bonitas, organizadas, inteligentes y muy graciosas”, dice.
Este tipo de imágenes son posibles gracias a la macrofotografía, la técnica para conseguir planos a todo detalle de superficies minúsculas. “Me encanta. Abre un nuevo mundo que, en mi opinión, muchas personas habían olvidado. Así, puedo lograr las fotos más cercanas desde la mayor distancia posible. De esta manera consigo no asustar al animal”, añade la australiana, que de vez en cuando fotografía animales más grandes, “pero no muy a menudo”.
La siguiente imagen es uno de los mejores ejemplos del conocimiento animal de la australiana. “Para esta foto tan solo utilicé mi iPad. Esperé a que la araña pasase por donde esperaba, puse el flash encima y conseguí esta foto”, comenta.
Richardson se considera una “enamorada” del mundo animal. Lleva un año dedicada a la fotografía y, de momento, no ha mostrado ningún interés por retratar humanos o paisajes: “Solo animales. Siempre he sentido pasión por ellos. Echarles fotos era el paso más lógico”. Además de insectos, se fija en otros animales de pequeñas dimensiones como las ranas.
Las imágenes y vídeos que ha publicado en su cuenta de Instagram son un hobby para Richardson, que sueña con convertir su afición en profesión: “Ojalá me pagaran por estas fotos. Para vivir, trabajo en una mina de cobre”. “Espero que BBC Earth me llame pronto”, añade entre risas. Estos son sus mejores argumentos (algunos de ellos con millones de visionados) para alcanzar un empleo parecido: