En 2016 han pasado muchas cosas en Brasil. Se ha destituido a la presidenta y muy pocos saben explicar por qué delito exactamente; ha habido unos Juegos Olímpicos; se ha caído un avión con un equipo de fútbol dentro; el nuevo gobierno ha dado luz verde a la austeridad más descarnada y, en otro orden de cosas, la hija de Xuxa, Sasha, ha concedido su primera entrevista televisada. Pero ninguno de estos sucesos ha dado una imagen tan popular como la que tomó el pasado martes 13 el fotógrafo Adriano Machado en Brasilia.
"Un hombre enciende su cigarrillo con las llamas de un autobús quemado por manifestantes antigubernamentales, durante las protestas ante el Congreso Nacional de Brasil en Brasilia".
En ella se puede ver un autobús en llamas, resultado del enésimo enfrentamiento entre la policía y los manifestantes, y junto a él, un despreocupado hombre, llamémosle Sr. Pasaba por Aquí, que aprovecha el fuego que sale del vehículo para encenderse un cigarrillo.
La imagen se vendió a Reuters, que la publicó en una de sus páginas de Facebook, donde se ha compartido hasta el momento 4.500 veces. Como observa uno de los comentarios con más me gusta: “Es como el pantalla de un vídeojuego como Sim City, pero controlado por un psicópata. O sea, un resumen muy bueno de 2016”.
Al propio fotógrafo le cuesta explicarse lo que vieron sus ojos. “Generalmente, por mi trabajo para Reuters, cubro mucha política; eso este año significa que también cubro muchas protestas, ahí se ven muchas cosas”, explica por teléfono a Verne a la salida del Palacio de Planalto.
El 13 de diciembre fue uno de esos días: el Senado aprobó, con los votos mínimos, la primera gran medida de austeridad del nuevo gobierno, la que impondrá un techo a los gastos públicos durante los próximos 20 años. En un país en el que la Constitución hasta ahora a este tipo de gestos les ponía un suelo y no un techo, esto supone un cambio fundamental: la manifestación que salió de ahí fue especialmente destructiva.
“Vi muchos manifestantes enmascarados que se dirigían a una explanada, a romper una barrera policial. Me encaminé a esa dirección y empecé a notar mucho ruido, muchas bombas y mucho humo. Oí a los bomberos. Vi una torre de humo negro y lo seguí: resulta que salía de un autobús”, prosigue Machado. Y al poco, llegó el Sr. Pasaba por Aquí.
“No tenía ni idea de dónde salió ese hombre, pero ahí estaba. Todo tranquilo, despreocupado, limpio, sin máscara a pesar de las bombas de gas y el olor a plástico quemado. Como si nada fuera con él. Yo no daba crédito”, explica Machado. “Luego me enteré de que el tío estaba con los manifestantes pero su aspecto desde luego no parece el de alguien con el que vaya nada de nada”.
Así quedó el autobús que sirvió de mechero a Sr. Pasaba por Aquí, en una imagen también tomada por Adriano Machado para Reuters durante las protestas del 13 de diciembre
La fotografía del hombre recurriendo al bus en llamas para encender su cigarro ha resultado ser muy fácil de compartir en redes. “Creo que es por la combinación: la explosión es agresiva y el hombre es inocente”, explica Machado. Para unos, es resumen visual de 2016, el año que salió al revés y que lo rompió todo y nos dejó para que nos apañáramos. Para otros es el colmo de lo guay. Para los compatriotas de Mr. Pasaba por Aquí, es un símbolo de la capacidad de los brasileños de sacar partido de cualquier situación, hasta de las desgracias.
En un tuit con más de 10.000 retuits que muestra la imagen se lee: “Un día quiero ser tan guay como ese tipo que se enciende un cigarro con las llamas de un autobús quemado por los manifestantes de Brasilia”. Machado cree que algo de metafórico tiene la foto pero no sabe decir muy bien el qué: “Parece recordar que todo llega, hasta a la gente que a la que nada le importa nada, y que todo pasa”.