Las Urgencias de un hospital o de un ambulatorio atienden a todos aquellos pacientes que sufren un problema de salud y que no pueden esperar a su médico de atención primaria. Como explica este artículo de EL PAÍS, ningún síntoma de enfermedad se debe pasar por alto. Y si no somos médicos, no podemos conocer el alcance real de lo que nos pasa. Eso sí, hay ciertas situaciones que no merecen pasar por las Urgencias y que se pueden detectar simplemente utilizando el sentido común.
El Departamento de Sanidad de Queensland, una de las regiones de Australia, lanzó una campaña a principios de 2015 titulada Deja las Urgencias para las urgencias. El vídeo ha ganado popularidad en los últimos días en España, después de que la página Enfermera Saturada lo compartiera con sus 141.000 seguidores. El vídeo en esta página suma más de 1,6 millones de reproducciones.
En el vídeo australiano se ven tres escenas que exageran las no urgencias que acuden a este servicio de hospitales y ambulatorios: un hombre al que le cortan las uñas, una mujer a la que le descongestionan la nariz y otra cuyo motivo (de broma) resulta totalmente desconocido.
"El Departamento de Urgencias es solo para urgencias. ¿No estás seguro? Llámanos", dice la voz en off del vídeo. "Cualquier otra cosa que venga a Urgencias quita tiempo para pacientes que necesitan atención", añade el gobierno de esta región australiana en su página web. En su canal de YouTube, sigue compartiendo fragmentos de la campaña que lanzaron en 2015.
En los comentarios de la publicación de Enfermera Saturada, los profesionales sanitarios de expresan en términos parecidos: "Mi pelea diaria en la consulta es explicar a los pacientes qué es una urgencia y qué no lo es. Es agotador"; "si quieres tener algo interesante que contar el fin de semana, no vayas a Urgencias"; "estamos acostumbrados a ir a Urgencias por tonterías"; "ya bastante tenemos con los recortes de personal como para además recibir pacientes que deberían estar en su casa".
Los centros de salud de España llevan muchos años intentando concienciar a la población sobre la importancia de que no se acuda sin motivos a Urgencias, a menudo con cartelería en ambulatorios y hospitales. "Hay gente que va a urgencias no por miedo o porque esté preocupado, sino para saltarse la lista de espera, y así lo que se consigue es saturar las urgencias para quienes de verdad la necesitan", comenta a EL PAÍS desde la Organización Médica Colegial Juan José Rodríguez Sedín.
"Lo esencial en una urgencia es que debe ser capaz de reconocer un paciente grave entre la multitud. Que espere un paciente de atención primaria que podría ser atendido en su centro no es un problema y no deberíamos verlo como tal. Que entre tanto paciente poco grave se te despiste un infarto, sí", indica en otro artículo de EL PAÍS Salvador Peiró, investigador del Centro Superior de Investigación en Salud Pública de Valencia. Cuantas menos personas acudan sin motivo, más fácil se lo ponemos a los profesionales de la salud.