Juan Méndez Ovalle fue sentenciado este martes a 50 años de prisión por asesinar a su novia en la Ciudad de México en 2013. La víctima, Sandra Camacho, tenía 17 años, Méndez, 19. Después de asesinarla, la descuartizó y arrojó sus restos en un depósito de basura. Fue arrestado un año después, cuando la policía lo encontró en Querétaro. Este caso obtuvo una amplia cobertura mediática, no solo por el asesinato, sino porque Méndez era considerado un genio matemático.
En la cobertura de su sentencia, algunos medios nacionales continúan resaltando sus aptitudes académicas, lo cual ha sido criticado por varias personas en Twitter, incluida Catalina Ruiz, cocreadora de la plataforma de temas feministas (E)stereotipas. En los tuits también se hacen notar las diferencias entre las formas de describir a Méndez como un estudiante galardonado y talentoso, y a Lesvy Berlín, la estudiante de la UNAM asesinada a principios de mayo, como una alcohólica y drogadicta.
La cobertura de este caso ya había causado polémica en 2014 cuando la revista Emeequis publicó un reportaje sobre este. El artículo El joven que tocaba el piano (y descuartizó a su novia) describe el asesinato de Camacho desde el punto de vista de Méndez. El texto recibió críticas por el trato del tema. "El texto deja entender que Sandra Camacho se merecía lo que le ocurrió y apoya esta aseveración de su clase social, constrástandola con los méritos académicos y deportivos del asesino", se lee en una carta al editor publicada en la revista en octubre de 2014.
Más tarde, tanto los editores de la revista como el autor del artículo Alejandro Sánchez ofrecieron disculpas por la publicación. "Aposté por un ángulo distinto para abordar el fenómeno de la violencia contra las mujeres", escribió Sánchez en una columna publicada en Emeequis ese año. "Quise entender la manera en la que Javier ve al mundo, pero nunca para justificarlo. Javier debe pagar por lo que hizo".
En su texto, el periodista reconoce haber cometido dos errores: "Debí haber dejado claro que fueron las palabras de Javier", escribió. "No hice explícito que buscamos a la familia (de Sandra) y le pedimos hablar pero no deseó hacerlo. Respetamos esa decisión, pero al no decirlo en el texto generé la impresión de que despreciamos la vida de Sandra".