La Empresa Municipal de Transportes de Madrid colocará carteles en los autobuses públicos de la capital para intentar detener el manspreading o despatarre masculino, es decir, la costumbre de muchos hombres de abrirse de piernas cuando se sientan, incomodando a las personas situadas junto a ellos. El argumento que muchos esgrimen para justificar este hábito es sencillo: "Necesito abrirme de piernas para que mis partes no se aplasten".
Pues bien, Rafa de la Rosa, un biólogo sevillano de 24 años que vive en Bilbao, tiene un mensaje para esos hombres: "Ni con el miembro más monumental del mundo tiene sentido que me digáis que NECESITÁIS tener las piernas abiertas 40-50 centímetros". Este tuit es uno de los que componen el hilo que publicó en Twitter el jueves 8 de junio. "Yo les sufro, como todo el mundo. Hay algunos que casi te ponen la rodilla encima", dice a De la Rosa Verne por teléfono. En dos días, el hilo acumula miles de retuits. Esta es su explicación completa.
"El hilo tiene su parte humorística, pero sobre todo intento que sea didáctico", explica De la Rosa, que considera "obvio" que el despatarre masculino es una práctica negativa, "pero no todo el mundo parece tenerlo claro". De ahí su explicación a base de tuits. De la Rosa valora positivamente la iniciativa del Ayuntamiento de Madrid e invita a otras ciudades a seguir el mismo camino: "Esto pasa en todos sitios".
Asegura que la mayor parte del feedback que ha recibido en Twitter ha sido positivo, pero también denuncia insultos y amenazas. "No entiendo por qué hay tanta gente a la que le sienta tan mal que se le explique algo tan simple. Ir abierto de piernas con gente al lado está mal", comenta. De la Rosa dice que nunca ha recriminado el manspreading a nadie in situ, "pero así se lo estoy diciendo a mucha gente a la vez".
"Hace tiempo que escuchaba a gente, entre ellos a algunos amigos, diciendo que necesitaban abrirse de piernas al sentarse o se les recalentaban los huevos. Como explico en el hilo, esto es una tontería enorme, ya que el cuerpo tiene sus propios instrumentos para regular la temperatura corporal. En circunstancias normales, te sientes como te sientes, tus testículos están a 34 grados", añade el biólogo, que también se dedica a escribir libros de fantasía y terror.
Su conclusión es sencilla: "Simplemente, sentarse y abrir las piernas con gente al lado es una falta de educación". Los médicos coinciden con el análisis de De la Rosa. The New York Times dedicó un artículo al fenómeno del manspreading en 2014 y los expertos consultados también incidían en que no hay ningún motivo que justifique una apertura de piernas desmedida para ganar en comodidad.
Más allá de iniciativas como la de Madrid, hay otras formas de luchar contra el despatarre masculino. Por ejemplo, en Seúl (Corea del Sur) colocaron en 2016 pegatinas en el suelo de algunos vagones de metro para que los hombres supieran cuánto podían abrir sus piernas sin molestar.