La corredora rarámuri Lorena Ramírez y su hermano Mario regresaron a México “muy felices”. Aterrizaron en la ciudad de Chihuahua este martes por la mañana, tres días después de competir en un ultramaratón de 96,75 kilómetros en la isla de Tenerife (España). En uno de los tres vuelos que tomaron, el de Madrid a la Ciudad de México, el piloto pidió un aplauso para los Ramírez como reconocimiento al logro de correr en otro continente, contó Mario a Verne vía telefónica. Su hermana es la primera mujer tarahumara en realizar dicha hazaña.
Ni Lorena, de 22 años, ni Mario, de 26, pudieron completar la Tenerife Bluetrail, una de las carreras de montaña más duras del mundo. Los corredores que terminan la prueba cruzan la isla de Tenerife de punta a punta. Y para hacerlo, deben ascender desde el nivel del mar, entre rocas volcánicas, hasta alcanzar la cima del Teide, el pico más alto de España con más de 3.500 metros de altitud. Lorena Ramírez corrió la prueba con sus huaraches (sandalias) y un vestido blanco y sin contar con un entrenamiento formal. Con estas condiciones, casi logró subir hasta La Rambleta, la zona más alta del volcán, donde se ubica la estación superior del teleférico y un punto de abastecimiento.
La mexicana corrió aproximadamente 55 kilómetros y se retiró por un fuerte dolor en la rodilla, informaron los organizadores de la carrera. En ese momento se encontraba a 3.300 metros de altura, por lo que fue evacuada en un helicóptero, como el resto de los competidores que desertaron en los puntos más altos de El Teide. Un miembro del comité organizador, Ángel Yuste, comentó a Verne que más de 140 competidores se retiraron del ultramaratón, alrededor de 25% del total de los participantes.
“Lorena está muy contenta y ya se le quitó el dolor”, informó Mario sobre su hermana, quien no habla mucho español. El también corredor supone que uno de los factores que les impidió terminar la prueba fue su participación, 14 días antes, en un ultramaratón en Creel, Chihuahua. Ambos corrieron ahí 60 kilómetros y Lorena se quedó con el segundo puesto. En ese momento no habían recibido la invitación a España, pues de haberlo hecho -aseguró Mario-, hubieran preferido no competir en Creel.
La Tenerife Bluetrail comenzó a las 0:00 horas y Lorena y Mario nunca habían competido de noche, comentó Ángel Yuste, lo que añadió otro grado de dificultad. A petición de los corredores rarámuris, Yuste se encargó de colocar pinole en los puestos de abastecimiento, un polvo de maíz que ellos consumen como parte de su dieta básica y que los reanima durante las carreras.
Yuste fue uno de los anfitriones oficiales de los mexicanos en la isla. Pero hubo otros no oficiales, contó el organizador. “La comunidad mexicana en Tenerife fue increíble, yo no sabía que existía. Lorena y Mario se encontraron como en casa. Los recibió la cónsul, los invitaron a una comida especial, hicieron una colecta para ayudarlos, les compraron maletas... Tuvieron un gran acogimiento”, dijo. Mario Ramírez también se refirió a la solidaridad de sus paisanos: “Lo que más nos gustó fue la isla y la gente, en especial los mexicanos que nos apoyaron a nosotros”.
Lo segundo que más les gustó a los hermanos Ramírez es que ya están invitados a la Tenerife Bluetrail de 2018. Según Ángel Yuste, esta experiencia les ha enseñado que un entrenamiento formal es necesario para competir junto a atletas profesionales “de condiciones físicas envidiables”. Mario Ramírez confirmó que él y Lorena van a prepararse mejor para el próximo año, pero negó que lo harán de una forma distinta a sus costumbres. Es decir, caminando y corriendo por las montañas rocosas que rodean a su comunidad. “Vamos a entrenar con nuestras propias ideas”, aseguró el corredor rarámuri.