El 'cosplay' no tiene edad, como muestra esta brasileña a los 60

Tía Sol, un ama de casa de Brasil, empezó acompañando a su hija a las convenciones de 'cosplays'

Solange Amorim, una sexagenaria ama de casa de la brasileña ciudad de Manaus, en pleno Amazonas, insiste en que ella no cose bien. “Solo sé salir del paso”, repite un par de veces durante la entrevista con Verne. No es lo que piensan los cientos de personas que, en los últimos tres años, han aplaudido el arte que ido paseando por convenciones de cosplay, esas reuniones de gente caracterizada de personajes de la cultura popular, vinculados especialmente al universo del comic y que suele asociarse a gente más joven.

También en Internet tiene una legión de admiradores bajo el nombre de Tia Sol, sobre todo desde que publicó en su perfil de Facebook, el pasado 12 de julio, una recopilación de posados con sus obras, que ha sido compartida más de 17.000 veces. Aparece vestida como la dueña de Piolín, la abuela de Vaiana, la Bruja Aburrida, el Amo del Calabozo de Dragones y mazmorras, Yubaba de El Viaje de Chihiro, el Hada Madrina de Shrek

Por separado todos sorprenden por la cantidad de detalles y por el parecido con cada personaje, pero el conjunto directamente impresiona. Todos, los 12 personajes, mantienen el nivel, aunque imiten géneros bien diferentes. No hay una caracterización que se le resista a Tia Sol. “Coser solo lo hago en mi tiempo libre”, repite ella. “Soy madre de tres hijos. Cocino y hago tartas. En mis ratos libres, me aventuro en un poco de artesanía. Paso más tiempo cuidando de mi madre, que tiene 82 años”.

Si se le insiste, suena incrédula ante el seguimiento que ha logrado estos días, quizá porque ella no olvida que lo único que le llevó a ese mundillo fue una apuesta. “Frecuentaba convenciones de cosplay para acompañar a mi hija, que le gustaban mucho. Un día una amiga me dijo que no creía que yo tuviese valor para plantarme caracterizada en un evento. Le dije que si lo hacía me pagaba la ropa. Fui vestida de la abuela de Piolín y fui muy bien recibida. Así que no he parado”, recuerda.

Lo que le atrae, dice, no son los disfraces en sí sino la gente: “Lo que me gusta es ver la alegría de las personas cuando me ven caracterizada. Se me acercan y me dicen que les he devuelto a la infancia. Eso me lleva a seguir con mis cosplays”. Así, Solange se convirtió en Tia Sol (“porque mucha gente cree que mi alegría es como un rayo de sol y así empezaron a llamarme”). Fue desarrollando un estilo propio, de personajes infantiles. “Me gustan mucho los clásicos, traer de vuelta caras olvidadas. Y luego me tengo que ver en el personaje, como Kaede, maestra Genkai [de la serie Inuyasha]”.

Tuvo grandes éxitos: “Muriel [de Agallas, el perro cobarde]”, exclama con entusiasmo. Tuvo frustraciones: “Rita Repulsa [de los Power Rangers]”, suspira. Otra gran marca de la casa de Tia Sol es que no es partidaria de seguir las indicaciones que circulan por Internet sobre cada caracterización, sino que prefiere crearlas desde cero. “Cuando escojo un personaje, voy con la idea a una costurera que me ayuda y ahí hago hincapié en qué detalles quiero. Ella hace esbozos y yo los apruebo. Después ella me ayuda a preparar la ropa. Como te he dicho, no coso muy bien”.

Muchos ven en esta dedicación la clave de su éxito pero también supone un gasto notable en tiempo. “Cada caracterización me lleva un mes, si es sencilla. Si no, estamos hablando de tres”.

En el momento de la entrevista, Solange habla de dos planes para el futuro. Primero, volver a enfrentarse a la caracterización de Rita Repulsa, que tantos problemas le da. “Aún tengo que añadirle algunas cosas porque quiero usarlo para una convención en septiembre”, añade. Y, por último, disfrutar lo que le dure la fama junto a sus hijos. “Siempre me están diciendo que adoran todo lo que hago. Siempre me dicen: ‘Mamá, lo que deseamos es que seas feliz”.