Para contar una historia, en ocasiones no hacen falta palabras. Así lo demuestra el cortometraje In a Heartbeat, producido por el mexicano Esteban Bravo y la estadounidense Beth David, el cual cuenta con 2,5 millones de reproducciones en las primeras 24 horas de su lanzamiento en YouTube y es el segundo video entre sus principales tendencias en México este martes.
El video de cuatro minutos muestra la historia de Sherwin, a quien literalmente se le sale el corazón para perseguir a Jonathan dentro de las instalaciones de su escuela. A lo largo del corto, el niño lucha para tratar de contener a un sonriente e incansable corazón con el peligro de que Jonathan se percate de sus sentimientos.
La idea de la animación surgió en octubre de 2015, pensada para que transmitiera un mensaje de amor sin diálogos, según comenta a Verne Esteban Bravo, el cocreador de este corto. “Muy en el principio la historia era entre un niño y una niña y después lo cambiamos a dos niños, pues en el momento en el que el corazón de uno se escapa, existe el peligro que el corazón delate no solo su amor sino su sexualidad. Eso le da una nueva dimensión a la historia”, cuenta vía telefónica.
Tras año y medio de trabajo, In a Heartbeat fue completado luego de que Bravo y David recibieran más de 14.000 dólares en una campaña de financiación colectiva en la plataforma de Kickstarter con el fin de financiar la producción de audio y la música que acompañan la animación, aunque sólo esperaban recaudar 3.000. “Lanzamos el proyecto y fue increíble la respuesta, pues pensamos que sólo nos apoyarían nuestra familia y amigos”, dice Bravo. Un trailer de la historia fue dado a conocer en mayo como parte de la campaña de lanzamiento.
A sus 24 años de edad y originario de la Ciudad de México, Bravo estudia en el Ringling College de Arte y Diseño de Florida, donde conoció a su compañera en la producción de este video, quien es también su mejor amiga. Al lado de David vivió momentos difíciles para terminar el proyecto. “Solo somos dos personas, no tenemos mucha mano de obra y es pura felicidad el que haya salido después de este tiempo”, comenta.
Bravo asegura que la cantidad de reproducciones y el número de publicaciones en redes sociales animan a los creadores para seguir llevando un mensaje que transgrede los prejuicios sobre la comunidad LGBTI. “Queremos que las personas puedan cambiar la manera en que se ve la homosexualidad, que ha sido hipersexualizada y nosotros queremos mostrar el otro lado: que el amor que puede sentir por un niño es exactamente el mismo que el de un niño por una niña”, comenta Bravo.
El mexicano, abiertamente gay, se dice orgulloso de que su primer trabajo haya sido bien recibido y de mostrar que el trabajo de los mexicanos puede trascender, sobre todo porque este corto puede ser visto por cualquier persona en el mundo al no contar con diálogos. “Estoy muy orgulloso y contento de mostrar que el poder de lo que se hace con el corazón es muy fuerte y a veces no se puede detener”, dice.