Los millennials se quejan, con razón, de que a menudo se les retrata con brocha gruesa y cuatro estereotipos. No es algo nuevo: siempre ha habido prejuicios contra los jóvenes y estas ideas preconcebidas no han cambiado tanto. De hecho, si rastreamos lo que publicaron revistas y periódicos hace 25 años sobre la generación X, podemos comprobar que no es muy diferente a lo que ahora tienen que soportar los millennials. Hay diferencias, por supuesto, pero al final vemos a una juventud que se enfrentaba a un futuro incierto en el que la tecnología tenía un peso cada vez más significativo y que solo interesaba a los mayores como segmento de mercado. Eso sí, no todo lo que se escribía era (ni es) negativo.
Por supuesto, no se trata de decir "y yo más". Solo de recordar que muchas veces los problemas con los que se encuentran los más jóvenes son muy similares, por lo que las divisiones entre generaciones son más arbitrarias de lo que parece. La duda es si todos estos fragmentos serán también parecidos a los que escribirán los millennials sobre la siguiente generación, la que de momento se llama Z. Ya están apareciendo los primeros artículos sobre ellos.
Todo el día enganchados al mando distancia y al ratón
“Tienen entre 25 y 35 años. Fabrican la religión a su medida mientras escuchan música de rock alternativo que vende millones. Están amenazados por el paro, comen pizza y dominan el mando a distancia del televisor, que siempre se detiene en la cadena musical MTV. (...) Sin embargo, su creatividad parece estar fuera de toda duda y casi todos tienen algo que vender”.
“Coupland: el guardián de la ‘generación X’”. EL PAÍS, 5 de marzo de 1994.
“Para algunos de estos jóvenes, ni todo el día están enchufados a la cadena de televisión musical MTV, ni les gusta la idea de ser calificados como ‘generación X’ y más aún no se consideran ni siquiera una generación”.
“Los publicistas norteamericanos no saben cómo enganchar a las nuevas generaciones”. ABC, 9 de junio de 1993.
“Pero no le menciones la generación X -ya sabes, esos veinteaños mimados, apolíticos, que solo hacen clic con el ratón, que están hipnotizados por la MTV, que coleccionan CDs (...), que llevan gorras al revés y que creen que los Beatles son la banda que precedieron a los Wings”.
“Ben Stiller ignores the generation flap” ("Ben Stiller ignora la etiqueta generacional"). The Washington Post, 20 de febrero de 1994.
“A la pregunta: ¿si tuviera que prescindir del sexo o de la televisión durante una semana, que elegiría?, un 51% respondió que el sexo... pero nada menos que el 41% antepuso la televisión”.
“A la generación X le gusta la televisión casi tanto como el sexo, según un sondeo”. EL PAÍS, 10 de agosto de 1994 (son datos de una encuesta de la MTV).
“Soy un alumno de COU y quería hacer una protesta en nombre de mucha gente como yo hacia las etiquetas que nos está estableciendo la sociedad, concretamente el sector de población entre 40 y 60 años, el cual nos clasifica de pasivos, sin ideales, sin respeto; en definitiva, sin futuro. Y llegan a denominamos como la generación X. ¡Pues no!”.
Carta al director de EL PAÍS publicada el 25 de noviembre de 1995.
No saben concentrarse
“Buscan el entretenimiento, pero su capacidad de atención dura menos que un cambio de canal con el mando a distancia de la tele”.
“Living. Proceed With Caution” ("La vida. Proceda con cautela"). Time, 16 de julio de 1990.
“La generación X procesa la información de forma diferente y no cree en muchas de las cosas en las que creen otras personas. Da forma a su mundo en listas de top 10 y videojuegos”.
Fragmento de Generación X, de Douglas Coupland, citado en “The X Factor”, The Guardian, 24 de enero de 1993. Esta novela creó y popularizó el término.
Son apáticos y cínicos
“Tienen problemas a la hora de tomar decisiones (...). Tienen pocos héroes, ningún himno y ningún estilo que puedan llamar propio (...). Posponen el matrimonio porque temen el divorcio”.
“Living. Proceed With Caution”. ("La vida. Proceda con cautela"). Time, 16 de julio de 1990.
“Esta generación X es muy cínica. Miran demasiada televisión, que trivializa la vida y la vuelve intrascendente. Eso es algo que se refleja en esta generación de jóvenes hombres y mujeres tremendamente cínicos. Mi generación era muy idealista”.
Oliver Stone en una entrevista a La Vanguardia, publicada el 14 de diciembre de 1997.
“Criticados por apáticos, cínicos y simplemente estúpidos por sus mayores y por sí mismos, la generación nacida entre 1961 y 1981 tiene, comprensiblemente, un complejo de inferioridad que roza lo patológico”.
“The Boomers’ Babies”. ("Los bebés de los boomers"). The New York Times, 23 de mayo de 1993.
“Este grupo es, nos dicen, ‘insensible y tonto’, con perezosos que no se esfuerzan, apáticos bumeranes que vuelven al nido de sus padres después de licenciarse en la universidad, como si haber nacido en una época de expectativas económicas reducidas fuera un defecto de carácter”. Pero, se añade en este artículo en contra de estos tópicos, “el término ‘generación X' acarrea todos los gérmenes de la propaganda y el estereotipo”.
“Educating the Generation Called ‘X’”. ("Educando a la generación llamada X"). The Washington Post, 3 de abril de 1994.
Son unos quejicas
“Estos veinteañeros que crecieron en los 70 y los 80 fueron malcriados con todos los juguetes, juegos y dispositivos electrónicos que había disponibles (...). Ahora esperan que continúen los regalos: tengo 29 y nunca seré propietario de una casa, lloriquea uno. Tengo 25 y no tengo un trabajo con buen sueldo, dice otro”.
“The Whiny Generation”. ("La generación quejica"). Newsweek, 31 de octubre de 1993.
“La generación X está demasiado cómoda: sobrealimentada, sin retos y con tendencia a lloriquear”.
“My So-Called Generation”. ("Mi supuesta generación"). The Atlantic, 25 de agosto de 1999.
“Una generación criada en el principio de la satisfacción instantánea simplemente no puede entender los conceptos de planificación a largo plazo y la gratificación demorada. ¿Cuál es su reacción cuando no tienen lo que quieren? Exacto, una rabieta”.
“The Whiny Generation”. ("La generación quejica"). Newsweek, 31 de octubre de 1993.
Y unos egoístas
“Apoyándose en este sentimiento de creer tener derecho a todo, los nuevos líderes de la juventud han lanzado una variedad de “soluciones” a lo que ellos creen que son injusticias. Por desgracia, muchos de esos planes son tan egoístas como la generación a la que representan”.
“The Boring Twenties”. ("Los aburridos años veinte"). The Washington Post, 12 de septiembre de 1993.
“En lugar de echarle la culpa a todo el mundo por cómo están las cosas, los Lloricas deberían aprender nuevas habilidades, formarse y adquirir conocimiento especializado para las carreras que estarán esperando en el siglo XXI a quienes se hayan preparado”.
“The Whiny Generation”. ("La generación quejica"). Newsweek, 31 de octubre de 1993.
Quieren una nueva forma de hacer política
“Los veinteañeros dan por sentados muchos de los objetivos reales de los años 60: los derechos civiles, el pacifismo, el feminismo y la liberación gay. (...) Para una generación que ha visto tanto fracaso en el sistema político, este activismo orientado a resultados parece mucho más válido y práctico”.
“Living. Proceed With Caution”. ("La vida. Proceder con cautela). Time, 16 de julio de 1990.
“Veo pruebas de que la generación X se queja mucho de la política. Farai Chideya sostiene que los estadounidenses jóvenes no están solo aburridos del sistema político actual, sino que no se sienten identificados con él. Como Ted Halstead, ella cree que la respuesta es un menú más amplio de partidos políticos”.
“My So-Called Generation”. ("Mi supuesta generación"). The Atlantic, 25 de agosto de 1999.
“Le dan mucho valor a la vida en familia, el activismo local, a los mocasines y a las bicis de montaña. Solo tienen un sentimiento de identidad muy difuso, pero una preocupación monumental con los problemas que la generación anterior les dejara para que arreglen”.
“Living. Proceed With Caution”. ("La vida. Proceder con cautela). Time, 16 de julio de 1990.
Se abre ante ellos un futuro incierto lleno de trabajos precarios
“En lugar de disfrutar de carreras exitosas precoces, acaban sin esperanza y sobrecualificados, en McTrabajos de bajo estatus”.
“Birth and Death of Generation X”. ("Nacimiento y muerte de la generación X). The Guardian, 28 de julio de 1994.
“Los de la generación X tienen que arreglarse con menos. Menos esperanzas, exiguos ingresos, ocupaciones temporales (...), poco futuro. Pero, insólitamente, no se rebelan enfurecidos como los agitadores juveniles de otros tiempos. Sus espíritus han girado hacia la acomodación y sus deseos se funden en otras órbitas. No protestan, no explotan. El fin de las oportunidades laborales, el declive de las opciones consumistas se ha recibido como una fatalidad natural”.
“El fascismo dulce”, de Joaquín Estefanía. EL PAÍS, 3 de abril de 1994.
“La generación X está a las puertas de conquistar el mañana, si no nos matan antes a disgustos, inflaciones y paupérrimas calidades de vida. No basta sólo con escupir en la cara a nuestros progenitores la porquería de presente que nos han legado (...). Únicamente pedimos un poco de respeto, que nos dejen ensuciar las calles con nuestra rabia”.
“Suciedad”, de Daniel Múgica. ABC, 9 de marzo de 1994.
“Queremos volver a nuestro país, ese país que nos vio nacer, crecer y del que nos sentimos orgullosos, y queremos la oportunidad de poder demostrar que los ‘jóvenes soñadores’, esa mal calificada generación X, pueden actualizar y mejorar esa España que dejamos atrás”.
Carta al director de EL PAÍS publicada el 3 de noviembre de 1996. Su autor, Fermín Soria, era un joven de 26 años que escribía desde Múnich.
Lo suyo es la tecnología
“Están yendo en masa a las start-ups tecnológicas, fundando pequeñas empresas e incluso defendiendo causas… Todo a su manera. Fundan movimientos en la web, ruedan películas en Hollywood y fuera de Hollywood, ganan dinero y lo gastan. Abofeteados con la etiqueta de la generación X, han convertido el mote en una insignia de honor. Son Xcitantes, Xigentes, Xpansivos. Son la ‘next big thing’”.
“Great Xpectations or so-called slackers”. ("Grandes Xpectativas o los llamados vagos"). Time, 9 de junio de 1997.
“La gente marginalizada hace 10 años no podía encontrar trabajos tradicionales o no encajaba en las prácticas habituales, por lo que vio que las exigencias de los trabajos multimedia y en internet eran muy apropiadas para ellos”.
“The Rights Stuff”. ("Los derechos que hay que tener"; es un juego de palabras con the right stuff, "lo que hay que tener"). The Guardian, 28 de septiembre de 1995.
Se cargaron los periódicos y el telediario
“La televisión está sufriendo el mismo rechazo que los periódicos han padecido en su día por parte de la misma clase de gente. Esta generación joven de consumidores no está interesada en lo que aparece en primera página o en los titulares del telediario. La llamada generación X no tiene el gusanillo de las noticias”.
“Los norteamericanos pierden la confianza en los informativos”. ABC, 19 de mayo de 1995.
“Los miembros de la generación X pueden ser compradores ávidos y dominar el mercado de los tejanos de diseño y las zapatillas caras, pero son tan escépticos con los medios como con los políticos. Los anuncios más de moda apelan a esta hostilidad contra el bombo publicitario: ‘No insultes nuestra inteligencia’, decía un anuncio de Nike para una revista. ‘Dinos lo que es. Dinos para qué sirve. Y que no suene el himno nacional mientras lo haces".
“Great Xpectations or so-called slackers”. ("Grandes Xpectativas o los llamados vagos"). Time, 9 de junio de 1997.
Las empresas no saben cómo conectar con la generación X
“Lo que odia la generación X es que se les trate como a los jóvenes muchachos (...). La clave para apelar a la generación X es crear un ambiente que no sea falso””.
“Generation X Nailed Down”. ("La generación X The New York Times, 25 de octubre de 1995.
“La mayor parte de estas tonterías es marketing, por supuesto. Hay 40 millones de estadounidenses entre los 18 y los 30 y se gastan 125.000 millones de dólares al año en bienes y servicios. Todo el mundo quiere un trozo del pastel. La ironía, claro, es que sus ansiosos cortejadores comerciales tropiezan con uno de los pocos rasgos que une a los veinteañeros: no les gusta que les intenten vender cosas”.
“Birth and Death of Generation X”. The Guardian, 28 de julio de 1994.
No había xennials, había boomlets
“Los miembros de la generación boomlet son como hijos medianos: los que han llegado antes, los baby boomers, recibieron la herencia; y ahora nuestros hermanos pequeños y ruidosos se quedan con toda la atención. Se nos está ignorando, a pesar de nuestros gustos fácilmente identificables y nuestro poder adquisitivo irresistible”.
“The Boomlet Generation”. ("La generación boomlet"). New York Times, 4 de enero de 1993.
En realidad, la generación X jamás existió
“Era todo ‘humo y espejos’”, confiesa Shann Nix, un joven escritor de San Francisco que hizo su gira por las tertulias televisivas describiendo a los miembros de la generación X. ‘Nunca en mi vida he ido a una rave, ni he tomado drogas de diseño, ni me he hecho tatuajes, ni he currado en un McTrabajo’.
“Birth and Death of Generation X”. ("Nacimiento y muerte de la generación X). The Guardian, 28 de julio de 1994.
¿Pero por qué hablamos tanto de ellos?
“¿Por qué deberían los medios centrarse en las vidas de la gente de 25 años? Recordemos que el máximo logro de esta generación es algo llamado rock grunge. Cuando hayan hecho algo más ya tendrán la cobertura de los medios”.
“The Whiny Generation”. ("La generación quejica"). Newsweek, 31 de octubre de 1993.