El cartel de la CUP para la campaña del referéndum del 1 de octubre propone barrer de los Países Catalanes al Rey, a Rajoy, a Pablo Iglesias e incluso a Jordi Pujol y a Artur Mas, entre otros. El diseñador de esta imagen, David Agrio, ya explicó en EL PAÍS que su intención había sido recrear “un antiguo cartel soviético en el que Lenin barre a los zares, los representantes de la Iglesia y otros potentados, llevándolo a la actualidad española”.
Este cartel era de 1917 y es, posiblemente, el antecedente más famoso, pero no es el único, como recordaba Jorge Galindo, sociólogo y colaborador de EL PAÍS, en un hilo publicado en Twitter.
Como se ve en esta serie de tuits y como Galindo explica a Verne en conversación telefónica, la escoba “no es exclusivo de ningún eje”, es decir, la usan tanto las derechas como las izquierdas, y tanto las élites como las bases. De hecho, uno de los ejemplos que pone es del bando franquista de la Guerra Civil.
Lo fundamental de la escoba es que “representa la idea de cambio radical, tanto en contextos bélicos como de enfrentamiento político”. En esta idea se enmarca también que la viñeta en la que Trump barre a los burócratas de Washington, obra de Ben Garrison, caricaturista que acostumbra a dibujar de forma elogiosa al presidente estadounidense. La viñeta es de diciembre de 2016, después de las elecciones y poco antes de su investidura.
Galindo opina que el cartel de la CUP tiene una intención provocadora: este partido “se autodenomina radical y no tiene ningún problema con esta asociación; al contrario, cree que le conviene a su causa”. Querían introducir un elemento disruptivo “y lo han conseguido”.
Eso sí, hay una diferencia sustancial con la inspiración de hace un siglo: en el cartel soviético se ve todo el planeta, mientras que en el de la CUP solo aparecen Cataluña, la Comunidad Valenciana y Baleares, y una referencia en el texto a los Países Catalanes, término con el que se alude a un pancatalanismo asociado a las zonas donde se habla catalán. “El cartel de Lenin aparece en la época más internacionalista de la Revolución Rusa”, explica Galindo, mientras que el cartel de la CUP “refleja el carácter étnico, cultural e histórico, más que otra cosa”. A Galindo le ha sorprendido que se recupere la idea de los Países Catalanes, un debate que considera que en la actualidad ha pasado a la irrelevancia.