Si miras la papeleta del referéndum por la independencia de Cataluña verás que en ella se usan español y catalán (sí / no) pero también una tercera lengua: el aranés. Marqueu l’opciò que desitgeu / Marque la opción que desee / Mercatz era opcion que desiretz reza la papeleta en su parte inferior. El aranés no es una variedad ni del catalán ni del castellano, sino una lengua distinta, que se vincula al ámbito de los romances de la zona francesa.
El valle de Arán está habitado por unas diez mil personas y compuesto por una treintena de pueblos. Lleno de parajes naturales y con una interesante ruta románica, sostiene su economía sobre todo a través del turismo de esquí (allí está la famosa estación de Baqueira). En una zona de cruce fronterizo (limita al norte con Francia y al suroeste con la Ribagorza aragonesa), ha conseguido preservar una variedad lingüística venida del latín, distinta del catalán y del castellano: el occitano, conocido como aranés en su variante local.
El occitano, lengua romance con documentación desde la Edad Media, se habla fundamentalmente en Francia, al sur del río Loira, pero se introduce también en zona española e italiana. El aranés es, curiosamente, la única variedad del occitano declarada como oficial. Protegida por los Estatutos de Autonomía catalanes (el de 1979 señalaba la necesidad de enseñar y proteger el habla aranesa y el de 2006 la declaraba oficial en Cataluña), el aranés es la segunda lengua más empleada en el Valle según los censos de usos lingüísticos publicados, después del castellano y por encima del catalán.
La papeleta trilingüe no extraña demasiado en lo que se refiere a la negación: no en catalán y español, non en aranés. La coincidencia es clara. Pero ¿de dónde ha salido ese òc? El òc de la papeleta de la autodeterminación nos permite conocer mejor cómo la Europa medieval separaba internamente el territorio francés. En efecto, desde la Edad Media se extendió la idea de que el territorio de la actual Francia era cultural y lingüísticamente separable por un eje que cruza por la zona central de este a oeste el territorio galo y que lo dividiría en dos áreas: al norte del eje estaría la langue d’oil (pronunciado uí, en francés moderno oui) y al sur la langue d’oc, el occitano.
La separación se hacía, justamente, según las palabras que cada zona usaba para decir que sí. Claro que, además de la separación en las formas de decir sí, había diferencias en estilos de construcción, formas de recoger la cosecha y otros elementos culturales o linguísticos mantenidos hasta la actualidad. Pero lo que nos interesa es la gracia de que justamente el nombre de la lengua, el occitano, venga de la forma de decir sí : òc, el òc de la papeleta.
El 'separatismo lingüístico' del sí
Y es que si nos fijamos en cómo afirman o niegan las lenguas procedentes del latín vemos que hay un consenso general en la forma de decir que no. Non en italiano, francés o en el propio aranés; nu en rumano; no en español y catalán; não en portugués... Todas estas palabras vienen de la forma latina NON. Pero así como hay una clara hermandad en el no, los idiomas romances no parece que estén en absoluto junts pel sí, si se me permite el guiño a la candidatura coaligada catalana.
Para la afirmación positiva, las lenguas romances han seguido caminos divergentes. Formas como el sim portugués, el si gallego, el sì italiano o el sí del español y catalán han salido de SIC (‘así’ en latín). En cambio, de HOC (‘esto’ en latín) salió el òc del occitano y de HOC ILLE surgió el oui del francés. El rumano, para esta expresión, se apartó del tronco latino para abrazar la expresión eslava da.
¿Por qué ese “separatismo lingüístico” del sí? La respuesta está, como tantas veces, en la historia de la lengua. El latín tenía una partícula absoluta para la negación (NON), pero para la afirmación no contaba con una palabra específica. Si te preguntan ¿Has estado en Ronda? en español puedes contestar sí o no, pero también puedes contestar reforzando la respuesta con un verbo: sí he estado. (Más te vale decir que sí, porque Ronda es preciosa y está fatal no haberla visitado).
En latín, donde no había nada que expresase directamente que sí, la afirmación se hacía normalmente recuperando el verbo: ¿Has viajado a Ronda? He viajado. Si la pregunta era dedit pecuniam? (¿dio el dinero?) habrías de contestar dedit (dio) o podrías reforzar con partículas tu respuesta: iam dedit (‘ya dio el dinero’) o sic dedit (así dio) o hoc dedit (esto dio). Cuando las lenguas romances se fueron conformando, se fue abrazando a alguna de esas partículas de refuerzo como forma para crear el sí. Español, italiano, portugués y gallego optaron por la herencia de SIC, mientras que el occitano (y por tanto, el aranés) junto con el francés optaron por la herencia de HOC.
Curiosamente, Twitter está lleno de mensajes que usan la etiqueta #oc, pero para algo que no tiene nada que ver con el aranés: es la sigla de original character (‘personaje original’) que se emplea cuando un fan crea un personaje propio que se inserta dentro de un mundo de ficción. Por ejemplo, si para consumo casero o dentro de tu grupo de amiguetes dibujas a un personaje que encaja dentro del universo Harry Potter aunque no pertenezca originalmente a las novelas fantásticas de J. K. Rowling.
Como vemos, la historia de las lenguas romances está llena también, como la historia de las sociedades, de hechos comunes y de rasgos particulares. Y la papeleta puede servirnos en una clase de Filología para explicar esos hechos. Sí o no. Òc o non.
Ya que estás aquí…
… El Parlamento catalán ha aprobado la ley de transitoriedad este jueves, la que los independentistas quieren que sea la ley suprema de Cataluña en el caso de que el sí se imponga en el referéndum del 1 de octubre. Es la segunda norma aprobada por el bloque independentista esta semana, después de la ley del referéndum.
… El portavoz de Catalunya Sí que es Pot, Joan Coscubiela, realizó una de las intervenciones más aplaudidas del jueves el Parlament:
Estamos dispuestos a partirnos la cara en términos democráticos para que los otros grupos puedan hacerlo (plantear consideraciones a la ley). Porque cuando se pisotean lo derechos de cualquier ciudadanos y de cualquier grupo se están pisoteando los derechos de toda la ciudadanía de Cataluña. (...) Mis padres me enseñaron a luchar por mis derechos. Estoy aquí porque, gracias a mis padres, hoy podemos disfrutar de libertad. Yo no quiero que mi hijo Daniel viva en un país en el que una mayoría pueda tapar los derechos de quienes no piensan como él.
… El presidente de la Generalitat ha pedido a los alcaldes de Cataluña que se pronuncien sobre si cederán instalaciones municipales para la celebración del referéndum. Muchos ya han respondido afirmativamente, pero otros han dicho que no. El primero de ellos ha sidoe lregidor de Gimenells i Pla de la Font, que se ha negado a ceder los edificios públicos para el referéndum. El alcalde socialista, Dante Pérez, asegura que “como gobierno en mayoría absoluta, he hecho lo que he considerado, sin tener que consultar ni con el PSC".
... El editorial de EL PAÍS sobre lo ocurrido en el Parlamento catalán se titula La dignidad de Cataluña:
Contra lo que suponen algunos secesionistas, el Estado español, el Estado de derecho, es fuerte. Pero más porque se asienta en el consenso y la confianza ciudadana —también en Cataluña— que porque disponga, como dispone, de mecanismos de actuación contundentes.