Decenas de miles de internautas en China y el extranjero han quedado maravillados con las imágenes de la nueva biblioteca Tianjin Binhai, situada en una nueva área de desarrollo en esta ciudad del norte del país asiático. El edificio, que se inauguró hace poco más de un mes, cuenta con una imponente sala principal con varias filas de estanterías blancas hasta el techo, todas ellas llenas de libros. O, al menos, esto es lo que parece mirando de lejos.
La sala principal, con una altura de casi 30 metros, cuenta con un diseño futurista. En el centro está una enorme esfera blanca, llamada El Ojo, cuyo interior acoge un auditorio para presentaciones y conferencias. Este particular núcleo está rodeado de estanterías blancas de forma ondulada que recuerdan a las hermosas terrazas excavadas en las montañas del sur de China para cultivar arroz. "Este sitio es el sueño de cualquier amante de la lectura", resumía un usuario de Weibo, una plataforma china similar a Twitter, tras ver las instantáneas de la biblioteca. En el propio Twitter, los comentarios eran muy similares.
Pero la realidad es algo distinta. La estética del edificio, de seis plantas y 33.700 metros cuadrados, es sin duda espectacular. Pero en algunas imágenes, tomadas desde más cerca, se aprecia cómo en varias filas no hay libros, sino simplemente imágenes de éstos impresas en el fondo de cada estante. Se trata, en gran medida, de un efecto óptico.
Esta circunstancia no estaba en los planes de los arquitectos que diseñaron la biblioteca, que forman parte del estudio holandés MVRDV, sino que tuvo que ser improvisada debido a las exigencias del cliente, en este caso las autoridades de esta nueva área en Tianjin.
La portavoz del estudio en China, Zhou Shuting, lo explica así a Verne: "Esta biblioteca es el proyecto más rápido que ha hecho MVRDV hasta la fecha. Pasaron solamente tres años desde que se hizo el primer boceto hasta la apertura. El apretado calendario de construcción obligó a abandonar una parte esencial del concepto: el acceso a las estanterías superiores desde salas situadas en la parte de atrás del atrio. Este cambio se realizó a nivel local y en contra de la voluntad de MVRDV". Al no tener acceso a las filas más altas, se decidió reemplazar los libros con placas de aluminio impresas, que se limpian con la ayuda de cuerdas y andamios móviles.
Tampoco parece que los libros reales que están colocados en las partes accesibles vayan a permanecer allí por mucho tiempo. El director adjunto del centro, Liu Xiufeng, aseguró a la agencia AFP que en la sala principal no se colocarán obras: "En el plan final aprobado por las autoridades el atrio está concebido como un lugar por el que circular, sentarse, leer o conversar... pero no para almacenar libros", dice.
Por lo tanto, pronto tendrán que quitar los que actualmente se están exhibiendo en el espacio y colocarlos en las salas adyacentes a la principal, que son bastante más parecidas a una biblioteca convencional. Por el momento el centro cuenta con 200.000 referencias distintas y espera alcanzar una colección de 1,2 millones de ejemplares.
Miles de personas visitan cada día el centro atraídos por su diseño y, sobre todo, su popularidad en redes y medios de comunicación. Este súbito éxito ha disparado los préstamos de libros, que se han cuadruplicado desde el día de la inauguración. Quizás este revuelo ayudará también a que las autoridades cambien de opinión para que la considerada por muchos como "la biblioteca más bonita del mundo" tenga también libros -reales- en su sala principal.