En México es muy complicado cubrir las necesidades básicas cuando se percibe el salario mínimo. En días pasados, la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami) aprobó un aumento de ocho pesos a la cuota diaria que puede ganar un trabajador, un aumento de 10,39% respecto a 2017. Un trabajador no podrá ganar menos de 88,36 pesos al día, es decir, alrededor de 2.650 pesos al mes (unos 142 dólares) en 2018.
Para el Presidente de México, se trata de mayor recuperación real del salario en medio siglo, según lo que ha publicado en redes sociales. Esto generó más de 1.800 comentarios en Twitter, la mayor parte de ellas, críticas.
Si se busca medir el impacto real de este aumento, depende de cómo se observen las cifras. Gonzalo Hernández Licona, Secretario Ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), considera que es un incremento positivo para los trabajadores. “Hemos visto cómo en los últimos dos años han habido incrementos mayores que antes”, dice a Verne vía telefónica.
El titular de la institución explica que el aumento “pudo haber sido mayor" lo que representa un reto para los próximos años. Uno de los argumentos para no otorgar un mayor incremento a la tarifa salarial eran las afectaciones que podrían darse a los empleos, además de que podría tener un efecto inflacionario. “Reconocemos los incrementos al salario, sí, aunque podrían ser un poco mayores sin afectar el mercado laboral”, dice.
Hay otra forma de ver este incremento. Un informe elaborado por el Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM, al que Verne tuvo acceso indica que con el aumento al ingreso mínimo las personas solo podrán adquirir 29% de la Canasta Alimenticia Recomendable (CAR) en 2018. “Una familia necesita por lo menos 245 pesos al día solo para alimentarse y ni hablemos de otras necesidades”, dice David Lozano, uno de los autores del estudio, vía telefónica.
Según la Coneval, la línea mínima de bienestar es de 97,4 pesos diarios, lo que abarca la adquisición de alimentos para una sola persona, mientras que la CAR considera alimentos para una familia nuclear básica de cuatro personas. De acuerdo con el INEGI, los hogares en México se componen en su mayoría de tres o cuatro personas y más del 40% de los hogares dependen de un solo ingreso, obtenido en su mayor parte de una fuente de trabajo fija.
Lozano detalla que el aumento en el precio de los energéticos a principio de año fue uno de los factores que desató la inflación, por lo que un aumento de ocho pesos no es razonable para las familias que perciben menos ingresos. “Es falso que haya una recuperación del poder adquisitivo, sobre todo si lo miras por tipo de producto”, explica el investigador.
En estas gráficas se muestra la evolución del salario mínimo desde 2012 así como de los precios al consumidor basados en datos del INEGI, el Banco de México y el Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM.