Las muchas mujeres que han denunciado acoso sexual en las últimas semanas y meses son la persona del año de la revista TIME. Entre ellas están la congresista de California Jackie Speier, la estrella de televisión Megyn Kelly, la limpiadora de hotel Juana Melara o las actrices Angelina Jolie y Gwyneth Paltrow. La mayoría de los casos fueron revelados durante el caso Weinstein, que provocó una ola de denuncias públicas y de apoyo bajo el hashtag #MeToo.
De las muchísimas mujeres destacadas por TIME, cinco aparecen en la portada. La cantante Taylor Swift es muy conocida, pero el resto son más difíciles de identificar. Estas son las cinco mujeres que protagonizan la portada más influyente del año en la revista TIME. En la esquina inferior derecha de la portada aparece el codo de una sexta mujer, que representa a todas aquellas que no pueden denunciar de forma pública el acoso que reciben. Pertenece a una joven de Texas que trabaja en un hospital y que prefiere mantenerse en el anonimato, explica la revista.
Ashley Judd
La actriz fue una de las primeras mujeres en destapar con su testimonio el escándalo de Harvey Weinstein. Ashley Judd contaba en The New York Times cómo durante un rodaje el productor le citó para una reunión de trabajo en el hotel Península en Beverly Hills. Allí Judd se encontró a Weinstein vestido solo con una bata, mientras le proponía si quería observarle mientras se duchaba. Ella salió huyendo de la habitación.
“Tenemos que normalizar la red de susurros [advertirse las unas a las otras]. Es una forma ingeniosa que hemos intentado para mantenernos a salvo. Todas esas voces se pueden amplificar. Ese es mi consejo a las mujeres. Y que si algo me hace sentir mal, es que está mal. Está mal según mi estándar, aunque no lo esté necesariamente para otro”, declara la actriz de TIME.
Taylor Swift
Un jurado estadounidense consideró este verano probado que la cantante fue víctima de un manoseo en 2013 por parte del locutor de radio David Mueller. La condena: una compensación simbólica de un dólar que propuso la propia Swift.
“Cuando [Mueller] dijo que yo mentía, decidí olvidar toda formalidad propia de un juicio y contestar a las preguntas contándolo todo tal y como ocurrió. Ese hombre no guardó las formas cuando me acosó… ¿Por qué debería ser yo educada?”, dice Swift a la revista.
Susan Fowler
Esta ingeniera, exempleada de Uber, denunció en febrero en una entrada en su blog que el director de la compañía le hizo insinuaciones sexuales nada más entrar a trabajar en la empresa, a finales de 2015. Se quejó ante sus jefes, pero no ocurrió nada. Otras ingenieras de la compañía le manifestaron haber sufrido acosos similares. Cuando la queja se hizo viral, Uber inició una investigación que acabó con el despido de una veintena de empleados.
"Cuando otras mujeres protestaron antes que yo, sufrieron represalias. Así que había ciertas cosas que pensé en evitar [antes de la entrada en el blog]. Pensé: No voy a denunciar, porque me hicieron firmar un acuerdo de confidencialidad. No voy a atender a la prensa, para que no digan que lo hago para llamar la atención. No puedo mostrar ninguna emoción en mi blog. Tengo que ser muy distante. Y tuve que asegurarme de que cada cosa que escribía estaba documentada, para que no se pudiera decir que era mi palabra contra la suya. Así lo hice”, indica en TIME.
Adama Iwu
Tras el escándalo Weinstein, varias mujeres que trabajan en política en California declararon de forma pública que ellas también sufrían acoso sexual. Lo hicieron a través de una carta abierta impulsada por la lobista Iwu, que firmaron 147 mujeres y que inició una investigación al respecto.
“Mujeres jóvenes me hablaron de los mismos hombres que me habían acosado a mí años antes. Todo lo que hice fue participar en la red de susurros. Esto es lo que puedes llevar. Puedes ir aquí. Tienes que evitar a estos hombres. Pero tienes que luchar de frente y en grupo. Es complicado llamar mentirosas a 147 mujeres. No podemos estar todas locas. No podemos ser todas unas guarras”, comenta en la revista.
Isabel Pascual
Esta trabajadora agrícola mexicana trabajaba recogiendo fresas en Estados Unidos y utiliza un seudónimo. Denunció a finales de año que ella y sus compañeras sufrían de acoso.
“Me asusté cuando el hombre que me acosaba me amenazó con dañarme a mí y a mis hijos. Por eso guardé silencio. Me sentía desesperada. No paraba de llorar. Gracias a Dios, mis compañeras de trabajo me apoyaron. Así que dije: ya es suficiente. Perdí el miedo. No me importa si me critican. Ahora puedo apoyar a otras mujeres que están pasando por lo mismo”, dice en TIME.