Coco es un título directo y sencillo, fácil de recordar. Pero en Brasil la exitosa película de animación, que se estrena el 4 de enero de 2018, se llama Viva - A vida é uma festa! (Viva, la vida es una fiesta). No es la primera vez que Disney decide cambiar el nombre de uno de sus estrenos.
Nada más conocerse el nuevo título de Coco elegido para el mercado brasileño, el blog Pixar Brasil, que comenta la actualidad de la productora de cine de animación, apuntó a una coincidencia lingüística como motivo del cambio.
En portugués, el término tiene dos acepciones. El primero no supone ningún problema: coco es el fruto del cocotero. Pero, escrito cocô (con la segunda sílaba acentuada), significa "caca". Aunque no se pronuncia igual que la película, supone un problema. "Los brasileños bromean con todo. Si se usa esa palabra, habría miles de memes en pocos minutos", comenta a Verne Mariane Morisawa, periodista brasileña especializada en cine.
Varios medios han intentado sin éxito que la oficina de Disney en el país explique si esta es la razón del cambio del título. Adrián Molina, codirector de la película junto a Lee Unkrich, sí que lo confirmó en una entrevista a la edición estadounidense de The Huffington Post, aunque ellos no eran conscientes de este conflicto idiomático. "El tema surgió en reuniones que tuvimos para hacer algo más local la película en distintos países", comentaba en junio de 2017.
Sin rastro de Coco en toda la película
Es evidente que a Disney le molesta utilizar la palabra coco en Brasil, un mercado en el que sus estrenos de animación recientes han recuadado entre 20 y 35 millones de dólares (entre 16,5 y 29 millones de euros). La bisabuela de Miguel, el niño protagonista, da nombre a la cinta de animación y es parte muy importante de la trama, que está llena de homenajes a la cultura mexicana.
Pero en el doblaje brasileño, deja de llamarse Mamá Coco -diminituvo de Socorro- para convertirse en Lupita. Ningún otro personaje en Brasil cambia de nombre con respecto a la versión original. En Portugal, un mercado mucho más pequeño que el brasileño, la cinta se estrenó el 23 de noviembre como Coco.
Brasil suele respetar los títulos originales
En la cartelera brasileña es muy común utilizar una fórmula concreta para titular estrenos extranjeros. Consiste en mantener el nombre original y añadirle un subtítulo en portugués.
Por ejemplo, la cinta de animación Sing! (que en España se tituló ¡Canta!) se estrenó como Sing - Quem Canta Seu Males Espanta (Sing. Quien canta sus males espanta).
El musical La La Land (en España, La ciudad de las estrellas. La La Land) pasó a ser en Brasil La La Land - Cantando Estações (La La Land. Cantando estaciones).
"Se suele añadir una expresión en el idioma local para conectar con un público que, en su mayoría, no sabe inglés. Además, la ley brasileña no permite que se repita el nombre de dos películas. Con esta fórmula se evita el problema legal, pero da como resultado títulos muy largos y, a menudo, poco afortunados", explica Morisawa.
La periodista recuerda que es una técnica de marketing que se aplica en Brasil desde hace mucho tiempo. JFK (1991), la biografía de Kennedy que rodó Oliver Stone, se llamó JFK: A pergunta que não quer calar (JFK: la pregunta sin responder).
Aunque generalmente se mantiene el título original, en el caso de Coco no ha sido así. Viva - A vida é uma festa! ha obviado la palabra problemática.
El caso de la princesa Moana
En 2015, Disney anunció que la princesa Moana se llamaría Vaiana en España.
Según explicó la compañía en un mensaje de Twitter, este cambio se debía a que "Moana" es una marca registrada en varios países europeos, entre ellos España, donde el nombre pertenece a la empresa de perfumería Casa Margot S.A.
En Italia se llamó Oceania. En su caso, Moana coincidía con el nombre de una actriz porno.
A pesar de los múltiples cambios de nombre, la cinta de animación fue un éxito de taquilla en todo el mundo.