Los gritos de un partido de fútbol, el “¡pies quietos!” y los frenazos de las bicis van a volverse a escuchar en las calles de Burlada (Navarra) a partir del 21 de febrero. Las plazas y lugares públicos serán de nuevo de los niños. No es que hasta ahora se les impidiese circular libremente por ellos, pero algunas señales les prohibían jugar con la pelota o montar en bicicleta en espacios como la plaza del Ayuntamiento. Será allí, precisamente, donde se dé el pistoletazo de salida al cambio de una treintena de placas: las prohibiciones se sustituirán por señales con el lema “jugamos y respetamos”.
La iniciativa La calle es de todos, impulsada por el área de Servicios Sociales del consistorio y la Ludoteca Municipal, pretende recuperar los juegos al aire libre en este municipio de más de 18.500 habitantes situado a tres kilómetros de Pamplona. “Los adultos tenemos que hacer algo, si analizamos cómo era nuestra infancia y la de nuestros menores, hay diferencias enormes: les llenamos de clases extraescolares, los espacios públicos para ocio son muy limitados y con tanto coche es muy inseguro que jueguen en la calle”, cuenta a Verne por teléfono Susana Aragón, una de las educadoras sociales que trabaja en este proyecto.
El germen de esta medida tuvo lugar el pasado Día Mundial de la Infancia, el 20 de noviembre de 2017. Bajo el eslogan Jugar es un derecho ¡Vamos a jugar en la calle! Juguemos respetando a las personas y los espacios, los niños de la localidad grabaron un cortometraje con escenas de juegos tradicionales e hicieron un cartel de casi dos metros donde se recoge qué significa jugar en la calle. “Es moverse, respirar, brincar. Es desconectar, desenchufarse y engancharse a la realidad vital, no virtual. Es establecer lazos afectivos con el pueblo” son algunas de las frases que pueden leerse. El cartel viajará durante todo el año por distintos espacios (colegios, centro juvenil, piscina…) para que padres, niños y adolescentes puedan verlo.
A qué dedican el (poco) tiempo libre los niños es un tema que cada vez preocupa más a padres y educadores. La Asociación de Pediatría Española ha creado un Comité de Salud Medioambiental que tiene como objetivo mejorar la salud de los niños y adolescentes, apoyándose en la naturaleza y el aire libre y alejándoles de hábitos poco saludables. Ese comité hizo público el pasado noviembre que solo uno de cada cuatro niños de entre cuatro y 12 años juega diariamente en el exterior.
Además, según un estudio realizado por Unilever, el 77% de los padres y madres españoles asegura que les gustaría que sus hijos jugasen y pasaran más tiempo fuera de casa, ya que reconocen que muchos se niegan a jugar si no hay algún tipo de tecnología de por medio y que prefieren jugar a deportes virtuales que practicarlos de verdad.
Burlada se une con esta medida a otros municipios que ya han optado por devolver a los niños ese derecho de jugar en la calle, como Alcalá de Henares (Madrid). En noviembre de 2016 la localidad cambió las placas de sus calles por unas en la que se lee “juega respetando”. Aragón reconoce que algunos municipios vecinos ya se han interesado por cómo han llevado a cabo este proyecto: “Es fundamental compartir información, para que así poco a poco hagamos las ciudades más cercanas y respetuosas con todos”.