¿En qué consiste una Constitución moral como la que propone López Obrador?

Expertos en derecho constitucional aclaran los conceptos de moral y ética con los que se elaboran las leyes

El candidato a la Presidencia de México por el Movimiento de Regeneración Nacional, Andrés Manuel López Obrador, ha propuesto la redacción de una nueva Constitución moral durante la toma de protesta como candidato del conservador Partido Encuentro Social. “Así como existe una Constitución política, vamos a elaborar entre todos una Constitución moral”, aseguró López Obrador durante el acto. [Sigue la cobertura del proceso electoral en México en EL PAÍS].

La propuesta del político tabasqueño ha provocado una oleada de comentarios en redes sociales. El término Constitución moral se colocó como trending topic la noche del martes y continuó siéndolo hasta la mañana de este miércoles. Muchos de los mensajes cuestionan el propósito de redactar una nueva Constitución.

Especialistas en Derecho Constitucional consultados por Verne señalan que el planteamiento del candidato es ambiguo y parece mezclar dos conceptos utilizados en la creación de leyes: la ética y la moral. “Parece ser una ocurrencia del candidato de Morena, ya que moral es una idea latina y la ética viene de la antigua Grecia”, dice Juan Federico Arriola, investigador de la Universidad Iberoamericana, vía telefónica.

El libro La Ética, los derechos y la Justicia del investigador argentino Julio de Zan señala que ambos conceptos tienen un significado etimológico similar y se emplean casi siempre de modo indistinto, pero distingue importantes diferencias, como el hecho de que “lo moral es una dimensión perteneciente a valores, actitudes, normas y costumbres que orientan o regulan el obrar humano”. En tanto, define a la Ética como “la ciencia o disciplina filosófica que lleva a cabo el análisis del lenguaje moral”.

Khemvirg Puente, investigador de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, dice a Verne que lo que propone el candidato de Morena obligaría a los ciudadanos a conducirse en la forma que él cree que es la correcta: su concepto personal de moralidad. “No existe una moral, sino muchas. Al no existir un concepto homogéneo, absoluto y universal, no queda claro cuál es la moralidad de la que él habla y se entiende que es la suya”, dice el experto vía telefónica.

Otro problema que supone la creación de una Carta Magna bajo los preceptos de moralidad y no éticos es que su propuesta se basa en conceptos de la religión cristiana. “Es lo que podemos suponer de su discurso, aunque no queda del todo claro”, dice el investigador de la UNAM. Durante su mensaje, el aspirante presidencial citó también el Nuevo Testamento, donde, dijo “se señala que Jesús manifestó con sus palabras y sus obras su preferencia por los pobres y los niños. Y para muchos, Cristo es amor”. Se puede observar esta referencia a partir del minuto 5:57 de este video.

Este planteamiento puede suponer una violación a la actual Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. El artículo 24 indica que los ciudadanos gozan de libertad de convicciones éticas y de religión y tener o adoptar, en su caso, la de su agrado. “Sería mejor que habláramos de las bases éticas y axiológicas de la actual Constitución y no de moralidades”, dice Arriola.

Según Puente, se entiende que los principios bajo los que se elaboran las leyes se basan en la idea de justicia y libertad, que están más cerca de lo que estudia la Ética como disciplina. “Uno de los principios que garantiza (la Constitución) es la laicidad, lo que no quiere decir que se actúe en contra de la religión, sino que se garantiza la libertad religiosa de las personas y a respetar el credo religioso de los otros”, dice Puente.

Redactar una nueva Constitución no es un proceso sencillo. En México existe un Constituyente permanente conformado por el Congreso de la Unión y las legislaturas locales, quienes en conjunto tienen la capacidad de modificar las leyes que rigen en el Estado mexicano. “López Obrador plantea una nueva Constitución pero no menciona el papel juega el Congreso y el Constituyente en su redacción”, dice Puente. “Además, los propios Estados tendrían que cambiar sus legislaciones locales porque no podrían contravenir la Constitución”.

El discurso de la moral

El mensaje planteado por el aspirante presidencial parece ser un distractor según Puente y Arriola, ya que el fin de semana se dio a conocer que su alianza electoral apoyará al polémico exsindicalista, Napoleón Gómez Urrutia. “No habla de su moral que apoye a alguien que no cuenta con lo necesario para ser electo en México”, dice el académico de la Ibero.

Para Puente, esto forma parte de una estrategia de comunicación que discute su propuesta de revolución moral y distrae el reflector de los candidatos a los que apoya. “Su discurso habla de que quiere colocar el tema de la moral y lejos de la discusión de la lista de candidatos plurinominales”, dice.

En el mundo sí existen leyes que se rigen bajo los preceptos morales de una religión y se trata de Estados Nación que no han hecho una separación legal de una Iglesia. En el caso del Reino Unido, la reina Isabel II no solo es jefa de Estado, sino gobernadora suprema de la Iglesia Anglicana de Inglaterra. La Carta Magna británica considera algunos preceptos de esta doctrina en la redacción de sus artículos.