Las mejores frases de Guillermo del Toro en sus tres clases magistrales de Guadalajara

En su regreso a casa con dos premios Óscar, el cineasta compartió sus conocimientos y experiencia con miles de jóvenes

El cineasta Guillermo del Toro en una de sus tres clases magistrales

Guillermo del Toro regresó a casa acompañado de sus dos premios Óscar (a mejor director y a mejor película por La forma del agua) y dispuesto a compartir todo su conocimiento y experiencia con los jóvenes. Para ello ofreció tres clases magistrales gratuitas en el marco del Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG), que él mismo fundó con sus amigos hace más de 30 años.

En tres sesiones ocurridas entre el sábado 10 y el lunes 12 de marzo, Del Toro habló de una amplia variedad de temas, respondió a decenas de preguntas del público y dio una muestra de su buen humor y generosidad. 

La clase magistral De Geometría a La Forma del Agua tuvo una duración total de más de seis horas, las cuales pueden verse en video. A partir de ese material, en Verne hemos hecho una selección de algunas de las mejores frases del cineasta.

Infancia

-"Desde chico encontré más compasión en los monstruos que en el santoral católico, y desde entonces son para mí una vitalidad creativa permanente. Hay gente que se encontró con Jesucristo, yo me encontré con Frankenstein".

'La forma del agua'

-"Quería que Elisa fuera un personaje que descubriera su absoluta belleza conforme avanza la película: que tuviera una dimensión sexual, que fuera una persona común y al mismo tiempo extraordinaria. Y que no quisiera convertir a La Bestia en un príncipe aburrido. El amor no es cambio, es revelación. Un amor que quiere cambiar está destinado al fracaso. Lo bonito en esta película es que La Bestia se come al gato y luego hace el amor con La Bella. Lo bonito en las relaciones es que te comas al gato en cuanto antes para saber si en verdad te quieren".

-"De las cicatrices, del dolor y del trauma viene el oxígeno. Creo que parte de nuestra belleza es la cicatriz".

-"Todos los personajes de La forma del agua están solos, menos los dos principales que se encuentran. Quise que ninguno de los dos tuviera palabras para que su entendimiento fuera con miradas y con el tacto. Ahí no se miente, con palabras sí".

México

-"La diversidad de voces en el cine en México es limitadísima: nos urgen puntos de vista que vengan de orígenes distintos y una mayor diversidad de géneros. Nos autolimitamos cuando decimos que todo el cine tiene que ser realista o de acción viva. Y parece una autolimitación culposa: como si nos mereciéramos sólo mirar la realidad, cuando lo más rico que existe es la fabulación y el poder de imaginar".

-"Somos un país conquistado. Si el mundo vino a México y se apropió de lo nuestro, es lo propio ir al mundo a reclamarle lo que nos toca. Tenemos un pinche pasaporte: hay que usarlo".

-"Tener 20 millones de dólares para La forma del agua y lograr que se viera de 100, fue gracias a soluciones muy mexicanas. En la primera escena no hay una sola gota de agua: se filmó con humo, un ventilador y en cámara lenta. Todo está suspendido por alambres. Solo en una ocasión nos sumergimos en una alberca, que se me ocurrió un día caminando por el set. La armé con cuatro vigas, bodoque de silicón y triplay. Fue una alberca a lo mexicano".

-"Nuestra forma de ver el mundo en México es diferente a las demás. Nuestra relación con el azar y el instinto que tenemos para maniobrar es profundamente único. Nuestra plasticidad y capacidad para afrontar un reto estético es muy nuestro y esa es una ventaja gigantesca".

El oficio del cineasta

-"Una buena película se sostiene con fe, estilo y grandes huevos u ovarios".

-"En todo oficio hay por lo menos 10 años de aprendiz. Yo empecé a hacer cine a los 15 años e hice de todo. En la primera Muestra de Cine Mexicano (más tarde llamado FICG) fui tesorero, vendedor de boletos, cácaro, chofer de los invitados y director. En ningún momento me plantée nada más que aprender".

-"El director de cine trata de usar todas las herramientas narrativas para crear una emoción. La belleza y lo terrible existen casi en partes iguales, y un cineasta busca todo lo posible para reflejarlo".

-"Para vender un proyecto, cuéntale tu historia a tu hermanito de siete años o a tu abuelita de 86, y si se aburren, cambia la forma de hacerlo. La clave es emocionarte mientras la cuentas, llorar cuando es momento y estar prendido en la persecución".

La adversidad y el éxito

-"Desde fuera, la carrera profesional se ve con cierto orden: se narran las películas, los premios, la llegada a un festival, pero no se narran las pausas, las tristezas, los fracasos. Entre Cronos y Mimic hay cinco años, y entre Mimic y El espinazo del diablo, otros cinco. Lo que se aprende en esa adversidad sirve más que lo que se aprende en un triunfo. Se aprende la resistencia".

-"El triunfo es un instrumento de tortura, igual que la belleza y la perfección. La perfección no existe, la belleza del mundo es la imperfección, y el éxito es un mito que nos venden. Si te levantas en la mañan a trabajar en algo que te hace feliz, ya la libraste".

La juventud

-"Ustedes los jóvenes están en la edad exacta de la desesperación. Yo nunca me sentí más acabado y viejo que a los veintitantos. Decía ‘ya me pasó la vida y no hice nada’. Pero estoy aquí para decirles que no: tienen un chingo de tiempo. El otro valor que tienen es la rabia de hacer cosas: ¡háganlas! Son dos recursos vitales para tener".

-"Algo que no entiende ni la clase política ni la oligarquía es que la riqueza más grande es compartir, aunque suene a frase de galleta china. En el cine la alianza es clave, y yo he tenido alianzas fundamentales desde joven. La amistad continúa con Alejandro (González Iñárritu) y con Alfonso (Cuarón). Seguimos compartiendo el peso de lo difícil y el disfrute de lo bueno".

Alfonso Cuarón, Alejandro González Iñárritu y Guillermo del Toro