Horchata sí o no es la nueva tortilla con o sin cebolla

El debate en torno a esta bebida ha desatado una nueva guerra culinaria en redes

Las guerras culinarias son tan antiguas como la vida misma. Con la llegada de las redes sociales, hay debates sobre comida que resultan verdaderas batallas virtuales. El de la pizza con o sin piña y el de la tortilla con o sin cebolla son dos de ellos, sin poder olvidar el linchamiento a la paella con chorizo del chef británico Jamie Oliver. A pesar de estar muy ocupados hablando del Mundial de De Gea, a los tuiteros les ha dado tiempo a charlar sobre la horchata.

Hay quien no entiende que a alguien le pueda gustar esta bebida tan popular en parte de la costa mediterránea.

Pero, a cada tuit contra la horchata ha surgido al menos otro de sus acérrimos defensores.

Y todo eso sin entrar en otras posibles opciones: ¿horchata mixta, granizada o líquida? u ¿horchata valenciana u horchata mexicana?

Otros usuarios intentan derivar la conversación hacia nuevos debates sobre gustos polarizados.

Los youtubers que se han mojado... y les ha caído una buena. Hay pasión en torno a la horchata.

Al final, con tanta guerra de alimentos, han surgido cadenas con test culinarios que parecen sacados de la SuperPop.

Y, El Comidista, nuestro faro y guía de todo lo que sea comer y beber, ha terminado sentando cátedra.

Quizá los detractores de la horchata solo han probado su versión industrial. El Comidista también se encargó de publicar la receta para hacerla en casa.

De hecho, los responsables del Museo de la Horchata que hay en Alquería El Machistre situada en Alboyara (Valencia), entienden que los detractores de la bebida probablemente hayan probado su versión industrial. "Cuando muchos de nuestros visitantes prueban por vez primera la horchata artesanal, les cambia la perspectiva. La versión del supermercado, que es a la que solo pueden acceder muchas personas, no tiene la misma textura ni sabor", comenta a Verne una portavoz del museo.

"La horchata es un producto muy delicado, con una vida muy corta y una materia prima muy concreta, que es la chufa valenciana. Apenas dura 2 o 3 días fresca, por eso en muchas partes de España solo puede venderse la versión industrial, llena de conservantes. Existe la misma diferencia entre esos dos productos como el que hay entre un pan de pueblo y uno congelado. A nadie se le ocurriría decir que no le gusta el pan si solo ha probado el de supermercado", defienden desde el museo.