Por qué hay personas que necesitan taparse para dormir aunque haga calor

No estás loco, tu cuerpo quiere sábana

Parte inferior de 'La diosa Juno penetrando en la mansión del Sueño'

El narrador de videojuegos Ibai Llanos publicó este mensaje en Twitter el 6 de agosto, en plena ola de calor en España.

Más de 4.000 personas han retuiteado su mensaje. En las respuestas al tuit, muchos aseguran que les pasa lo mismo a la hora de dormir: no pueden conciliar el sueño si no se tapan.

Si tú eres de los que no necesita taparse, puede que estés sudando solo de leer estos tuits. Pero muchas personas empatizan con Ibai Llanos y su necesidad de taparse aunque haga un calor infernal. ¿Por qué?

La razón tiene que ver con la temperatura de nuestro cuerpo. "Cuando nos vamos a dormir, nuestra temperatura cae unas décimas de grado. Esto hace que tengamos una sensación de frescor en la primera fase del sueño", explica por teléfono a Verne el doctor Francisco Javier Puertas, miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Sueño y responsable de la unidad del sueño del Hospital de Lieja (Bélgica).

Esa pequeña reducción en nuestra temperatura corporal es la que hace que necesitemos taparnos para dormir aunque haga calor. "Aunque haga mucho calor en el ambiente, sentimos esa sensación de frescor y la necesidad de taparnos", añade Puertas. De ahí que las bolsas de agua caliente de tu abuela, que a las pocas horas perdían la temperatura, ayudasen tanto a dormir en invierno.

La caída de la temperatura en nuestro cuerpo deja rastro: "Si te fijas, verás que cuando alguien se está durmiendo se le ponen las orejas rojas. Se contraen los capilares por la pérdida de temperatura. Eliminamos parte de nuestra temperatura pasándola al ambiente". También sentimos ese frescor en las manos y los pies. Ese es el motivo por el que tantas personas necesitan dormir con calcetines. "La sensación de estar menos expuestos a ese frescor inicial favorece el sueño", comenta el experto.

¿Y yo por qué yo no necesito taparme?

El factor clave para que te tapes o no es tu temperatura interna, no la temperatura ambiental. Por ello, dos personas en la misma cama, ante la misma temperatura, se cubrirán con una sábana o no en función de cómo regule la temperatura su cuerpo. "Depende de nuestro metabolismo, entre otros muchos factores. El exceso de peso, por ejemplo, dificulta la regulación de la temperatura corporal". Según Puertas, la necesidad de taparse en verano está más extendida entre las mujeres que entre los hombres.

Puertas asegura que los expertos no tienen "un conocimiento perfecto" de este proceso ni se sabe exactamente cómo controlar esta regulación del calor del cuerpo. "Entonces nos sería más fácil controlar los estados del sueño". Los investigadores de la Universidad de Emory (Georgia, EE UU) Carol Worthman y Melissa Melby publicaron un estudio en 2002 (PDF) en el que indicaban que en la mayoría de países duermen tapados, aunque haga calor todo el año.

Yo no me tapo al principio, pero sí después

Esta es una situación con la que otras muchas personas pueden sentirse representadas: no necesitas taparte al acostarte, pero a las pocas horas buscas la manta inconscientemente. En el artículo de Atlas Obscura "¿Por qué necesitamos taparnos hasta en las noches más cálidas?", la directora del Centro de Desórdenes del Sueño de Rochester, Alice Hoagland, explica que en la segunda mitad de nuestras horas de sueño (en las últimas cuatro si dormimos ocho) a nuestro cuerpo le cuesta más regular la temperatura.

"Casi se puede decir que pasamos a una termorregulación de reptil", dice. Este tipo de animales, de sangre fría, no puede regular su temperatura como lo hacemos los mamíferos, sudando o temblando. Lo hacen con elementos externos, como poniéndose al sol o escondiéndose en la arena. Nosotros nos tapamos con una manta. "No es exclusivamente porque haya bajado la temperatura ambiental", resume Puertas. Somos más sensibles a esos estímulos externos.

La manta como costumbre

"El sueño no es solo fisiológico, también tiene una parte de ritual", dice Puertas cuando le preguntamos si dormir con sábana en verano puede deberse a que estamos acostumbrados a ello por el invierno. Deja claro que la razón por la que tantas personas se tapan es por la regulación de temperatura que explicábamos antes, pero no descarta que para algunas personas sea cuestión de costumbre. "Lo normal es que cuando creciste siempre te taparan con una manta para dormir. Es algo a lo que estamos acostumbrados", indica Hoagland.

¿Qué dificulta más el sueño, el frío o el calor?

"Las dos cosas que nos impiden dormir por mucho sueño que tengamos son el frío y el hambre. Son dos situaciones en las que predomina la supervivencia sobre el sueño. El exceso de calor nos puede dar una sensación de modorra, pero el exceso de frío siempre nos mantendrá despiertos. Nuestro cuerpo no se permite dormir ante la posibilidad de una hipotermia", explica Puertas.

Consejos para dormir en verano

El experto de la Sociedad Española del Sueño nos da los siguientes consejos para dormir pese al calor.

  • No lo hagas con aire acondicionado. Es malo para tu salud. Te puede causar una faringitis.
  • Y si lo haces, prográmalo para que se apague a la media hora.
  • No hagas ejercicio antes de dormir. La actividad calienta tu cuerpo, de manera que es más difícil enfriarlo y nos cuesta más dormir.
  • Las duchas de agua fría pueden ser contraproducentes. Aunque te quiten el calor momentaneamente, te vas a la cama con una temperatura que al cuerpo le cuesta regular. Estás demasiado frío. Es mejor una ducha templada.
  • El mejor remedio para el calor son los ventiladores. No generan frío, simplemente mueven el aire, lo que da una sensación de frescor más sana. Los ventiladores más eficaces son los que cuelgan del techo y se mueven lentamente, ya que mueven mucho aire. Son más eficaces y hacen menos ruido que un ventilador pequeño que apunte directamente contra nosotros.