El británico Wolfgang Wild (Hamphsire, 1970) trabajaba en museos e instituciones culturales cuando creó en 2010 un blog en el que publicaba fotografías antiguas y daba un contexto histórico a cada instante en blanco y negro. "Era mi forma de viajar en el tiempo", explica Wild a Verne por teléfono. Por eso lo llamó Retronaut, un juego de palabras entre los términos "pasado" y "astronauta".
Tras el éxito inicial, se integró en la publicación digital Mashable y la afición de Wild se convirtió en su profesión. Ahora, le da una vuelta de tuerca a su proyecto aplicando color a algunas de sus imágenes favoritas y recopilándolas en un libro. "El futuro no me interesa, en el fondo se parecería al presente y el contraste no me resultaría tan excitante", dice Wild.
1925: cerezos en flor en Potomac Park de Washington / Biblioteca del Congreso de Estados Unidos
1939: domingo por la tarde en una tienda de carretera de Carolina del Norte (Estados Unidos) / Dorothea Lange - Biblioteca del Congreso de Estados Unidos
The Paper Time Machine (La máquina del tiempo de papel), que edita Penguin Books, plantea un juego cronológico y cromático al restaurar 124 imágenes de archivo aplicándoles los tonos que las cámaras de la época no pudieron registrar. El resultado nos hace replantearnos nuestro concepto de pasado y hace que, de alguna forma, los protagonistas de las imágenes nos resulten más cercanos.
Si nos piden que pensemos en el momento en el que se construyeron la torre Eiffel o la Estatua de la Libertad, probablemente nuestra imaginación recree imágenes en blanco y negro. El libro nos ofrece una versión distinta.
1942: miembros del Ejército de Estados Unidos ante el Taj Mahal con andamios de bambú/ Autor desconocido- Biblioteca del Congreso de Estados Unidos
1882: trabajadores construyendo la estatua de la libertad en el estudio del escultor francés Frédéric Auguste Bartholdi / Albert Fernique - Biblioteca del Congreso de Estados Unidos
El impacto de ver imágenes en color es todavía mayor cuando se trata de una imagen con la que muchos espectadores están familiarizados, como uno de los retratos de Florence Owens Thompson de la serie Madre migrante, tomada por Dorothea Lange en tiempos de la Gran Depresión en Estados Unidos.
1936: Florence Owens Thompson con uno de sus hijos / Dorothea Lange - Biblioteca del Congreso de Estados Unidos
Jordan Lloyd, de Dynamichrome, una empresa especializada en restaurar fotografías antiguas aplicándoles color, propuso a Wild reinventar las imágenes de su blog. El británico aceptó. Juntos invirtieron dos años en investigar qué tonos aplicar a cada uno de los elementos que aparecen en las instantáneas que componen el libro.
"El trabajo de coloración de Jordan es muy específico y realista. Necesitaba a alguien con su precisión histórica. Es casi un forense de la imagen. A veces, podía necesitar tan solo 30 minutos para restaurar una imagen, pero otras le llevaban semanas enteras", cuenta Wild, que tiene claros sus dos destinos favoritos si tuviera una máquina del tiempo: el Nueva York de los 50 o el año 1900 en la región británica donde creció (Hampshire).
"Los tonos de piel de la personas que aparecen en las fotografías es, de lejos, la parte más difícil de lograr en el proceso de coloración", explica el creador de The Paper Time Machine, que ha sido uno de los finalistas a los British Book Design and Production Awards 2018 en la categoría de libro fotográfico.
1920: mecánico en un central eléctrica / Lewis Hine - Archivo Nacional de Estados Unidos
1897: retrato de un hombre no identificado / Fred Holland - Science & Society Picture Library (Getty)
1864: un soldado afroamericano con uniforme unionista (azul, de los estados del norte durante la Guerra de Secesión), junto a su familia / Biblioteca del Congreso de Estados Unidos
De los museos a Internet
Una de las claves del éxito de Retronaut es la fórmula que Wild aplicaba a sus posts: S.P.E.E.D (Seen, Positive, Easy, Emotive, Disruptive). En cada uno de ellos, se planteaba si la imagen compartida era vistosa, positiva, sencilla, emotiva y rompedora, los términos que dan lugar al acrónimo en inglés. Así se aseguraba que el contenido visual fuera atractivo para el lector. "Es una técnica que sirve para casi cualquier cosa que publiques en Internet", comenta.
Cuando el proyecto de Retronaut se consolidó, Wild pasó de trabajar con instituciones físicas a convertirse en comisario fotográfico en Internet casi a tiempo completo. Además de en Mashable, donde estuvo entre 2014 y 2017, ha colaborado con Europeana, el museo digital de la Unión Europea, y con la compañía de arte digital Meural.
¿Y si los museos se convierten en reliquias como las que alojan en su interior por culpa de las nuevas tecnologías y del ascenso de apps de exposiciones virtuales como Google Arts & Culture? "El papel de los museos en un futuro cercano será el de exponer objetos físicos de la forma más entretenida posible, pero no van a dejar de ser visitados. Por ejemplo, las apps de música (como Spotify o Apple Music) no ha hecho que la gente deje de disfrutar de música en directo yendo a un concierto", comenta el británico.
Exposición virtual de Frida Kalho en Google Arts & Culture
Considera que su profesión de comisario artístico, como tantas otras, tampoco va a morir por culpa de internet, sino que va a adaptarse. "Ahora, con un teléfono, todo el mundo es fotógrafo, pero eso no significa que sea artista. Lo mismo pasa con los comisarios de exposiciones. Herramientas como Pinterest permiten que todo el mundo lo sea, pero hace falta un criterio verdadero para serlo. Hasta la forma de hacer fotos ha cambiado, porque puedes pulsar el objetivo tantas veces como quieras. Antes, con los sistemas analógicos, tenías que pensártelo dos veces, porque se acababa el carrete", defiende.