El 12% de los europeos tenemos al menos un tatuaje en nuestro cuerpo, según un informe de la Unión Europea. La cifra ha crecido mucho en los últimos años: ha pasado del 5% en 2003 al 12% en 2016. En total, más de 60 millones de personas que viven en los 28 países de la Unión Europea tienen tatuajes. Y este número puede ser bastante mayor, teniendo en cuenta que los datos son de hace tres años.
Si eres una de esas personas, entonces has coincidido con un tatuador, ese artista para el que tu cuerpo es el lienzo. Suena muy bonito, pero no siempre es así. Los clientes se lo ponemos mucho más difícil de lo que parece. Hemos creado un grupo de WhatsApp con 13 tatuadores, tanto hombres como mujeres de diferentes comunidades autónomas. Estas son sus confesiones, lo que odian de ti aunque no te lo digan.
Cuando les damos referencias de tamaño absurdas
La tipica de quiere un unicornio encima de un árbol, saltando sobre un arcoíris, con los nombres de sus familiares y pájaros. Y todo a cinco centímetros.
Uno me mandó un selfi señalándose la zona con la mano y marcando el tamaño.
Una tapa de Nutella o un mechero parecen medidas válidas.
Cuando alguien decide seguir allí de fiesta
Hay clientes que vienen pasados de rosca porque se piensan que un estudio es un after.
El que te dice: "No he desayunado y me he fumado 3 porros, ¿no pasa nada no?".
Recuerdo que un día tuvimos una clienta que había dejado una botella de vodka vacía en el baño.
Cuando les pedimos algo "original"
Los indecisos me matan.
Las amigas que dicen: "Queremos algo original que no lleve nadie, habíamos visto estas dos piezas de puzle...".
Cuando te piden algo en chino, japonés, árabe, hindú... Y luego dicen: "A ver si va a poner arroz con pollo".
Estoy harto de hacer huellas de perros y gatos. Y coordenadas.
Cuando acudimos enamorados y volvemos con el corazón roto
Los tatuajes en pareja son una gran maldición. A la gente que aprecio nos les dejo que se hagan tatuajes juntos (si aprecio a ambas partes jajaja).
Lo peor es que muchos son en partes íntimas, y cubrir ahí es una pesadilla. Les recuerdas que les dijiste 15 veces que no lo hicieran.
Son los mejores clientes porque fijo que al menos vienen dos veces. Y somos psicólogos. Siempre nos cuentan sus historias.
Cuando tienen clientes especialmente difíciles
¡¡¡Deja de moverte!!!
Ayer casi se me desmaya un chaval poniéndole el calco.
Una vez los vecinos me preguntaron por los gritos que salían del estudio. Me sentí un asesino en serie.
Una vez tatué un tobillo y la tía tenía algo negro pegado al pie que olía horrible. Me entran náuseas de acordarme.
Cuando regateamos
Unos clientes me dijeron que querían tatuarse con la misma aguja: "Total, si somos hermanos. No nos pegamos nada".
La que viene con su amiga y te dice: "Si nos tatuamos las dos es más barato, ¿no?".
Venir con diseños de otros tatuadores a ver por cuánto lo haces tú.
Cuando te echan en cara el precio por haber tardado solo 20 minutos. Señor, es que el tiempo que me cuesta aprender a hacer esto en 20 minutos es lo que está pagando.
Cuando no se toman su trabajo en serio
No te imaginas la de gente que me ha preguntado cuándo me voy a buscar un trabajo de verdad.
Siempre hay un familiar que te dice: "Muy bonito, pero no te hagas más tatuajes". Los mayores lo llevan fatal porque lo relacionan con drogadicción, prostitución y delincuencia.
Qué rabia cuando te dicen: "Si solo es un dibujo, no es para tanto".
Cuando la familia también se apunta
Pues los que vienen a tatuarse y traen a toda la familia para que le acompañe... Todos opinando, por supuesto, y mosqueados por no entrar los 20 en la cabina.
Los padres que traen a sus hijos con diseños absurdos para que tú te niegues y seas la mala de la película.
Lo peor es el que se va medio convencido y a los dos días aparece con su madre. Y ella te dice que está todo mal, que ella pintaba cuadros en el colegio y sabe de lo que habla.