“Qué revolución tú, Gata”: los textos inéditos del poemario de Gata Cattana

La reedición de su libro incluye dos nuevos poemas y un prólogo de Irene X

A la izquierda, la portada del libro de Gata Cattana

“Que no reconocemos
autoridad ninguna
y sembramos la polémica
y todo es política
y qué pesados os ponéis con eso
y Ana, hija, qué poco sabes de la vida”.

El 2 de marzo de 2017 Ana Isabel García, conocida como Gata Cattana, murió repentinamente a causa de un choque anafiláctico. La cordobesa tenía 25 años y se definía a sí misma como “rapeadora de noche, poetisa de día y politóloga a ratos”. En 2016, Gata Cattana editó su tercer EP Inéditos 2015 y su primer poemario La Escala de Mohs, cuya reedición saldrá a la venta este 21 de febrero. El extracto con el que comienza este texto se desprende de Todo lo demás no, uno de los dos poemas inéditos que incluye esta nueva versión del libro. El otro se titula Malditos sean, que puedes leer en exclusiva para Verne al final de este artículo.

Además del material inédito, esta reedición incluye los manuscritos de uno de los poemas nunca antes publicados que la agencia literaria Dispara  entregó a la editorial. Ana Llorente, la madre de Gata Cattana, es la responsable de la publicación por tercera vez de los escritos de su hija, autopublicados en 2016. El libro también contiene dos ilustraciones nuevas de Don Iwana y un prólogo en formato de correspondencia por la poeta Irene X. Ambos eran amigos de la artista.

El texto de Irene X se dirige al lector, pero sobre todo a la difunta Gata Cattana. En este le cuenta a la fallecida artista cómo su obra y figura tienen un lugar importante dentro del movimiento feminista en España. Además de aparecer en pancartas en la manifestación del 8M, el trabajo de la poeta ha inspirado a otros artistas en la lucha por la equidad. En febrero 2018 el colectivo de baile Mujeres 17/27 rindió homenaje a la rapera en el festival Ellas crean. Mientras que en Granada (ciudad dónde la artista estudió Ciencias Políticas), un mural de graffiti la recuerda como “la mujer sin miedo”.

“Nos devolviste a la lucha”, afirma Irene X refiriéndose al hecho de que las rimas de la artista siguen abanderando el feminismo. Un anhelo que Gata Cattana dejaba ver desde 2015 en su rap Lisístrata: “...Será mejor que trates mejor a esas bitches, / no sea que de repente me escuchen y se compinchen. / Os lo tengo dicho, os lo dejo hecho”.

El prólogo de esta nueva edición puede leerse de forma íntegra y exclusiva a continuación:

El 25 de febrero 2016 Gata Cattana recitó el poema Hojitas de menta en el Poetry Slam de Granada. Es una de las obras que se encuentran en su libro La Escala de Mohs.

Prólogo

Escribiendo…

Hola, Ana.

Qué ilusión me hace escribirte. Es la primera vez que lo hago en muchísimo tiempo. Tengo tanto que contarte que el universo se me antoja un pétalo de azahar.

Es 4 de enero, otro año ha venido. ¿Te lo puedes creer? Solo cuatro días y ya tres víctimas. Estamos luchando, Ana, compañera. Qué bien que estés con nosotras.

Este año todas nos fuimos pa’ la mani contigo. En las camisetas, en las pancartas, en la voz, en el alma. Te llevábamos agarraíta en el pecho aunque pienso que fuiste tú la que nos llevaste a nosotras.

Hicimos miles de kilómetros, cantamos muy alto, muy alto. Desde Andalucía del norte a Aragón, desde Madrid a Portugal. En algún paso de cebra bajamos la ventanilla y en el coche de al lado también estabas.

Si es que, Gata guerrera, tú estás en todas partes. En los tejados, en las paredes. Estás dejando el mundo muy bonito, Ana.

Con lo feo que está, tú lo sabes. Nosotras lo sabemos; qué zarpazos más precisos a la injusticia para que la sociedad explote en colores.

Qué bien tú, Ana.

Qué revolución tú, Gata.

Mujeres teníamos que ser, ¿eh? Menos mal.

Tendrías que ver mi cara cuando María me enseñaba fotos tuyas de chiquita, ahí ya eras animalita de ojos salvajes. Ahí ya eras campo, barro, trigo, centeno, olivo y libertá.

Las bitches nos compinchamos, Ana. Ay, cómo lo sabías... La batalla está en pie, pero contigo... Contigo esta lucha es la pasión de ser mujer, selva y limoneros. Y si nos caemos, gata tierna, tu voz valkiria nos recoge suavemente del cuello, má.

Nos devolviste a la lucha.

Nos ganamos un premio, Ana. Escribimos un libro para las chicas. Escribimos un libro para no olvidar el dolor y nos ganamos un premio todas.

Siempre estuviste ahí, en cada letra que escribía, en cada vez que abandonaba.

Menos mal que estuviste conmigo, Ana.

Menos mal que viniste conmigo de provincia en provincia a gritar poesía; hicimos mucho ruido. Sé que estabas ahí porque yo pude estar ahí.

De ti la fuerza, de ti el alimento, las entrañas; la idea de que hay que sacudir de una vez por todas los bolsillos del mundo.

De ti un solo grito que ensordezca por fin el miedo de ser lo que somos: hijas sembradas en la tierra.

Y antes de volver a ella haremos crecer la esperanza que plantaste, Ana. La haremos crecer contigo, por ti, en tu nombre, para todas.

De ti he aprendido a volver a la calle, a la queja, a nosotras, a mi cuerpo. Contigo me he mirado a los ojos. Contigo he llorado la emoción de mi condición. Contigo soy hembra fuerte que alimenta crías que vendrán. Contigo me hice fuerte.

Y a la depresión garras. A la ansiedad garras. Al miedo garras. Al patriarcado garras.

A este sistema: Gata.

A los cañones que nos bombardean de una belleza irreal hasta matarnos: Cattana.

Y "hasta el final", Ana.

"Nunca me sentí sola porque estábamos juntas".

Enviar.

Irene X

Malditos sean

Gata Cattana

Malditos sean los mapas,

las coordenadas, las carreteras

y las vías de la Renfe.

Malditas las unidades de medida:

las horas, los kilómetros, los números.

Malditas sean las comunidades autónomas,

el tendido eléctrico,

las líneas telefónicas,

las conexiones automáticas

y la red virtual.

¡Malditos los poetas!

¡Madito Salinas, maldito Machado!

Y Gustavo.

Y Federico.

Malditas las tostadas

con café por las mañanas.

Malditas las canciones

que me arrancó, los testigos.

Malditas las camas de uno cuarenta,

la prisa, el alcohol y los planeas a la larga.

Malditos los pensamientos impuros,

las ideas lujuriosas y la libido.

Malditas sean también las comparaciones

y los dólares, la ley del suelo

y la burbuja inmobiliaria.

Malditas las parejas de la mano,

malditos los besos sin tapujos,

maldito el camino de vuelta.

Y tus ojos.

Y todas las cosas que me recuerdan que tú no estás.