El escritor Nando López (1977) dio clases de Literatura durante 10 años en un centro de enseñanza pública de Madrid, entre 2005 y 2015. Una de las primeras preguntas que se hizo antes de empezar es si debería decir a sus alumnos adolescentes que es homosexual.
Era un profesor que no había cumplido los 30, así que decidió hacerlo con naturalidad. Cuenta su experiencia positiva a través de un hilo publicado este domingo en su cuenta de Twitter, que se ha compartido más de 800 veces en sus primeras cuatro horas. [Puedes leerlo al completo a través de este enlace]
"Aunque hay mucho por lograr en cuanto a respeto a la comunicad LGTBI+, he querido dejar un testimonio optimista para hacer ver que, a menudo, nos dejamos asustar por una minoría que es muy ruidosa. No nos damos cuenta de que podemos apoyarnos en una mayoría", explica el escritor por teléfono a Verne.
En el hilo, López explica que los pocos conflictos que tuvo en ese tiempo llegaron por parte de padre u otros profesores y no de sus alumnos. "Eso demuestra que los prejuicios son heredados. Por eso es tan importante la labor educativa en las aulas, la familia y los medios de comunicación", defiende.
Los comentarios a sus mensajes son similares a los que vivió como profesor cuando decidió hacer pública su orientación sexual: estudiantes, padres e incluso profesores acuden a él para compartir sus experiencias o pedir consejo.
"El referente cotidiano ayuda mucho. El profesor establece una relación afectiva con sus alumnos, así que puede educar desde las emociones, y también ejerce autoridad para atajar el bullying, que sigue existiendo entre alumnos", comenta López.
Regreso a las aulas
Ahora sigue visitando a menudo las aulas, dando charlas sobre sus novelas de literatura juvenil en las que incluye a menudo personajes LGTBI+, como La edad de la ira (2010), que luego ha tenido una versión teatral.
"Si comparo la realidad de ahora con la que yo viví cuando era estudiante, el respeto con la comunidad ha crecido mucho. Parte del mérito recae en los propios centros educativos, que buscan las formas de visibilizarlo", dice.
Para López, una de esas herramientas para visibilizar son las redes sociales: "Los jóvenes las usan con más inteligencia de lo que creemos. Sirven para el acoso digital, pero, si se usan bien, funcionan mucho más a menudo como herramienta para empoderar".