La reforma del derecho de autor de la Unión Europea, aprobada este 26 de marzo, ha despertado el debate en redes sobre su aplicación. ¿Supondrá un paso más hacia la censura en Internet o ayudará a los creadores a proteger su trabajo frente a compañías tecnológicas que ganan muchos millones con sus contenidos? ¿Y si solo soy un usuario que quiere publicar un gif o meme?
Varios términos relacionados con esta normativa se han colocado en las listas de trending topics tanto en España como a nivel global, como Article 13, El Parlamento Europeo y Copyright. El término "Article 13" está vinculado al artículo que, desde hace meses, ha despertado más polémica: el del papel de las grandes plataformas, como YouTube o Google, en la defensa de los derechos de autor de los creadores, y el miedo a que esta normativa acabara con la prohibición o censura de obras derivadas –hechas en base a otras– como gifs, memes o parodias.
Este artículo –que, en el texto final, ha sido tratado en el punto 17 y no en el 13– exige que las plataformas con fines comerciales como YouTube o Twitter, basadas en contenidos de usuarios, necesiten de una licencia previa de los creadores de esas obras. Esta licencia, que ahora se pretende aplicar a las plataformas digitales, sería similar a la que ya existe para otras plataformas, según explica a Verne el especialista en derecho digital Borja Adsuara. "Es como la que tiene CEDRO con las universidades para que puedan reproducir contenidos parcialmente", explica.
En el caso de que las plataformas no consigan las licencias, cuando alguien notifique que un contenido infringe los derechos de autor, deben "inhabilitar el acceso a las obras y retirarlas de sus sitios web", explica la normativa. Entonces, ¿qué pasa con memes como el hombre distraído, que se basa en una foto con derechos de autor, o con el gif de una película? Nada. La ley incluye excepciones que protegen estos contenidos.
El humor y la cita, excepciones a la norma
El artículo 17.8 de la reforma recoge las excepciones a la misma, y en cuyos casos "no habría que pedir permiso al autor original de una obra, ni pagar por utilizarla", explica Adsuara. Esas excepciones son: las citas, las críticas, las reseñas y los usos a efecto de caricatura, parodia o pastiche. "Si a alguien se le ocurriera denunciar un meme, podría alegarse su uso de caricatura o parodia, inlcuso en el caso del pastiche [una imitación del estilo de un autor] ni siquiera sería necesario un uso cómico".
Aunque la normativa no cita expresamente las palabras "meme" ni "gifs", la Unión Europea ha publicado una guía de preguntas y respuestas sobre la reforma en la que sí se habla de ellos: "El proyecto legislativo contiene disposiciones específicas que obligan a los Estados miembros a proteger la libertad de subir y compartir contenido con intención de citar, criticar, caricaturizar, parodiar o imitar. Obviamente, esto garantizará que los memes y los GIF sigan estando disponibles. En realidad, quedan más protegidos que antes, ya que hasta ahora estaban cubiertos por las diferentes legislaciones nacionales, con las consiguientes divergencias".
El mayor temor que muchos usuarios han manifestado en Twitter es que, para controlar los contenidos, las grandes plataformas y redes sociales establezcan filtros automáticos que no sepan diferenciar entre el contenido humorístico y el que no lo es. Sin embargo, Adsuara considera que esta ley "no permite un filtrado previo, solo la retirada de contenidos que hayan sido denunciados". Puedes seguir subiendo memes tranquilo.