El Congreso ha publicado las declaraciones de bienes de sus nuevos diputados este 6 de junio. En ellas aparecen los sueldos de todos los ministros en funciones, a excepción de Josep Borrell y Nadia Calviño, que no estaban en las listas socialistas de las elecciones generales y por tanto no han logrado escaño para esta legislatura. Al repasar sus declaraciones –pertenecen al 2018–, hay un dato que resulta llamativo: no todos los ministros han cobrado lo mismo por su trabajo.
Isabel Celaá declara que ha percibido 28.187 euros por sus seis meses –desde junio, que comenzaron en el cargo, hasta final del ejercicio de 2018– como ministra de Educación. En la declaración de bienes de Margarita Robles, ministra de Defensa, se especifica que cobró 47.863 euros. Las disparidades se mantienen con el resto del Consejo de Ministros: Fernando Grande-Marlaska declara 55.398; Dolores Delgado, 33.052; Pedro Duque, 40.562…
Los sueldos de los altos cargos de la Administración Pública se estipulan en los Presupuestos Generales del Estado. Estas cuentas establecían los siguientes sueldos para los miembros del Gobierno:
En esa tabla se especifica la retribución anual de los ministros durante el ejercicio 2018, que es el que recogen las declaraciones de bienes publicadas por el Congreso. Han cobrado la parte proporcional por los meses que han estado en el cargo –de junio a diciembre, en su mayoría–. Este 2019 estos salarios serán superiores debida la subida del 2,5% del sueldo de los funcionarios aprobada el pasado diciembre. Y sí, independientemente de la cartera, todos cobran lo mismo de base. No hay un sueldo distinto para el ministro de Cultura o de Fomento. Entonces, ¿por qué cobran cantidades tan dispares?
En primer lugar, algunos ministros (como es el caso de José Luis Ábalos) han facilitado el dato de sus ingresos netos –después de retenciones e impuestos–, por lo que pueden parecer inferiores a los que, como Pedro Duque, han dado los datos brutos.
También influye la antigüedad: aunque el salario base es el mismo para todos los ministros, el presupuesto de 2018 especifica que estos no incluyen "la retribución por antigüedad que pudiera corresponderles de acuerdo con la normativa vigente".
Esto significa que los ministros que, antes de ocupar su cargo, trabajaron en la administración pública, acumulan complementos que afectan a sus salarios como miembros del Gobierno. Y la mayoría de los ministros y ministras han trabajado muchos años para el Estado: Teresa Ribera fue directora de la Oficina Española de Cambio Climático, Dolores Delgado fue fiscal, Luis Planas embajador, Margarita Robles y Fernando Grande-Marlaska han ejercido como jueces y Magdalena Valerio ha trabajado en el Cuerpo de Gestión de la Seguridad Social.
550 euros más por trienio
Además de los ingresos de ministros y diputados, el portal de transparencia del Gobierno de España permite consultar los salarios brutos de otros cargos como secretarios de estado, secretarios técnicos, subsecretarios… Con poco que bucees por el portal, podrás comprobar que algunos de ellos cobran más que los ministros.
Parte de esa diferencia de salario también se debe a los ingresos por antigüedad y los trienios. Estos, según explica el Estatuto Básico del Empleado Público, “consisten en una cantidad, que será igual para cada Subgrupo o Grupo de clasificación profesional [...] por cada tres años de servicio”. Estos grupos dependen de la formación y responsabilidad del cargo, por lo que a todos los ministros con un grado universitario les correspondería el grupo A1, por el que reciben 530,82 euros por año y trienio. Es por eso que algunos ministros, como Grande-Marlaska, aclaran en su declaración al Congreso que sus ingresos incluyen lo obtenido por los trienios:
El portal de transparencia del Gobierno incluye, junto al salario bruto de sus empleados, si les corresponde una retribución extra por trienios y cuántos acumulan. Margarita Robles, por ejemplo, recibe un plus por 12 trienios, lo que supone más de 6.000 euros anuales extra.