Quién les iba a decir a los habitantes del municipio madrileño de Rivas-Vaciamadrid (85.000 habitantes) que el excedente de vallas publicitarias de su municipio lo acabaría convirtiendo en un museo urbano. Así se gestó el proyecto Reversible, comisariado por el colectivo Madrid Street Art Project, en el que 13 artistas urbanos nacionales e internacionales intervienen estos soportes urbanos –normalmente dedicados a publicidad– y los convierte en obras de arte reivindicativas. “Fue a través de un concurso público, presentamos este proyecto con el que pretendemos darle la vuelta a estas vallas: de soportes utilitarios a soportes artísticos”, cuenta en conversación telefónica Diana Prieto, cofundadora –junto a Guillermo de la Madrid– del colectivo Madrid Street Art Project.
Reversibles ha recibido mucha atención en los últimos días debido a la decisión del Ayuntamiento de Rivas-Vaciamadrid de tapar una de estas vallas intervenidas obra del artista Sam3. En ella reinterpretaba el famoso cuadro El origen del mundo, en el que Gustave Courbet pintó en 1866 el sexo femenino de una mujer acostada. “Nos hubiera gustado que la gente se interesase por la calidad del proyecto en sí, y no por esta polémica”, lamenta Prieto. El colectivo anunciaba ayer a través de su cuenta de Instagram que finalmente la obra de Sam3 y se exhibirá en el mismo lugar.
Junto a Sam3 han participado los artistas Ampparito, BR1, Daniel Muñoz, DoaOa, Escif, Hyuro, NeSpoon, OX, Reskate, Sara Fratini, Spy y Vermibus. “Nos interesaba invitar a artistas que tuviesen un discurso fuerte sobre el cuestionamiento de la publicidad en el espacio público y de por qué está tan presente en nuestras vidas”, explica Prieto. “Les contamos el concepto del proyecto y las características del municipio y ellos crearon las obras según esta información”, añade.
Al artista madrileño Ampparito le asignaron una valla publicitaria que tenía delante un árbol y, justo detrás, un pequeño bosque. “Me acordé del dicho Los árboles no te dejan ver el bosque y me pareció paradójico: ni el árbol dejaba ver la valla, ni la valla publicitaria –como ocurre en muchas ciudades– dejaba ver el bosque”, explica el autor de la obra que acabó pegando sobre el soporte urbano la definición de la RAE de la palabra árbol. “La idea es hacer una especie de performance con el propio árbol, a medida que vaya creciendo, porque lo acaban de plantar, tapará aún más su propia definición. Yo me he comprometido a cuidarlo y regarlo durante el tiempo que dure la pieza”, añade Ampparito.
El arte urbano no es solo graffiti, sino que engloba otras formas de expresión artística. Además del trabajo de Ampparito, hay otras vallas intervenidas que no son pictóricas, como la de OX, que ha usado mallas de señalización de obras para crear una instalación tridimensional.
“El arte urbano es cualquier intervención del espacio público, aunque es cierto que el graffiti sigue acaparando mucho protagonismo”, dice la cofundadora de Madrid Street Art Project. El colectivo nació en 2012 para dar a conocer esta disciplina artística y su valor. “Ahora lo formamos tres personas con la incorporación de Rocío Domínguez y seguimos trabajando en la misma línea, a veces con proyectos de convocatoria pública, como este en Rivas-Vaciamadrid, y otras, a través de la autofinanciación”, cuenta Prieto, que cree que el arte urbano en España, y en especial en Madrid, “ha conseguido captar más la atención de público e instituciones en los últimos años”. “No es que la escena del street art no fuese potente, es que no se le hacía caso”.
Las vallas de Reversible están distribuidas por todo el municipio y permanecerán por un periodo largo de tiempo. “Estamos estudiando la posibilidad de crear un mapa para localizarlas y que a la gente les sea más fácil ir a visitarlas”, concluye Prieto.