Noma Bar, artista gráfico nacido en Israel en 1973 y residente en Londres desde 2001, ha aprendido a convivir con dos idiomas que se leen de formas opuestas: el hebreo y el inglés. El permanente cambio de sentido, de derecha a izquierda y de izquierda a derecha, ha influido en sus diseños e ilustraciones. Casi siempre incluyen dobles lecturas creadas a partir de elementos opuestos.
Su lenguaje visual basado en pictogramas también aparece en la portada de Los testamentos, la continuación de El cuento de la criada de Margaret Atwood, que en España edita Salamandra.
La portada cambia el color rojo con el que se conocía hasta ahora a la vestimenta de la protagonista de la historia por un luminoso verde. "Todo el proceso de colaboración fue como una operación de los servicios secretos. Se me pidio ese color sin dar muchas explicaciones", cuenta el diseñador a Verne por teléfono. Lo que sí ha explicado la autora a principios de septiembre a la revista TIME es que quería incluir esta vez un color "que diera lugar a la esperanza".
El resultado final hace referencia a dos de las protagonistas de esta secuela. Son dos jóvenes que viven situaciones muy distintas durante el régimen teocrático de la República de Gilead, 15 años después de los acontecimientos de la primera novela. Agnes vive en Gilead y Daisy en Canadá. La silutea de Daisy, abriendo los brazos, aparece oculta en el retrato de Agnes. Y el característico atuendo de Agnes aparece en la coleta del retrato de Daisy.
El doble discurso que plantea el relato de Margaret Atwood, con personajes femeninos que ocultan opiniones y sentimientos prohibidos bajo su peculiar atuendo, sigue la línea de las creaciones de Noma Bar. "Ella es muy buena confrontando conceptos como el bien y el mal. Y a mí me gusta lograr una imagen surrealista, en la que se ve una cosa y se cuenta otra", dice el ilustrador, que también se ha encargado de la portada de una de las ediciones de El cuento de la criada.
La portada y contraportada de El cuento de la criada que Noma Bar creó para la colección de novelas distópicas que lanzó la editorial británica Vintage.
Donald Trump (y su obsesión con Twitter) para la revista Politico y Karl Lagerfeld (y su gata Choupette): dos de los retratos de Noma Bar
Criado entre artistas
Además de crecer rodeado de una familia de artistas, el diseñador debe parte de su educación visual a las esculturas de un vecino de la infancia: "Era mecánico y, cuando se jubiló, decidió dedicarse al arte. Usaba los materiales mecánicos con los que había trabajado toda su vida, pero construía con ellos cosas completamente inesperadas, como flores. Ahí aprendí que el significado del arte no tiene por qué entenderse a la primera".
Desde entonces, Bar ha creado retratos de personalidades públicas a partir de objetos cotidianos. El primero fue un retrato de Sadam Hussein a partir del símbolo nuclear que vio en un periódico durante la guerra del Golfo. Luego, le siguió uno de Shakespeare, construido a partir de la interrogación de su célebre "Ser o no ser".
Publicaciones como The Guardian, The Economist y Time Out recurren a sus juegos visuales cada vez que quieren ilustrar la compleja realidad de sus artículos. "Voy con mi cuaderno de bocetos a todos lados. Estoy pensando todo el rato en crear una nueva ilustración. Es la forma que tengo de mantenerme creativo. En ese aspecto, no llevo una vida muy normal, pero me resulta muy divertida", cuenta Noma Bar.
Dos de sus trabajos recientes para la revista The Economist / Noma Bar
Retratos de Sadam Husein (izquierda) y William Shakespeare (su primer encargo, publicado en Time Out) / Noma Bar
El único cambio que ha hecho en su método de trabajo en estos años es el de mostrar sus ilustraciones en movimiento, en formato vídeo. "Así puedo incluir detalles que no se pueden apreciar en una imagen estática", comenta.
En Chineasy, aplicaba su estilo al método visual para aprender el idioma chino creado por la empresaria ShaoLan Hsueh en 2012. A cada pictograma se le añadía una ilustración que reflejaba su significado. "Me obligaba a bailar en torno a una idea fija, que en este caso era un carácter del alfabeto chino. Fue una forma de volver a mis inicios", explica.
En la última década, el israelí ha reunido en varios libros buena parte de sus trabajos (ilustraciones, vídeos y colaboraciones con marcas comerciales). El último de esos libros recopilatorios se titula Bittersweet (Thames & Hudson, 2017).
"Fuego" y "Árbol", dos términos chinos ilustrados a partir de sus caracteres en el proyecto Chineasy.
Portada del libro Falling Man de Don Delillo (izquierda) y portada de Wallpaper dedicada a España / Noma Bar
Retratos de Stephen Hawkin (izquierda) y Spock (Leonard Nimoy, para Esquire) / Noma Bar
El vídeo Desenmascarando a un asesino explica la ciencia tras la inmunoterapia para el hospital presbiteriano de Nueva York